Vengan de donde vengan los gestos por la democratización del deporte son bienvenidos. Es que si hay dos ámbitos donde la democracia y el respeto por los Derechos Humanos encuentran reiterados obstáculos son el periodismo y el deporte. Y ante una luz mínima que espante a los conservadores dueños del poder, uno se alegra.

En los últimos días desde los Estados Unidos llegaron dos señales, bien plasmadas y no olvidadas por algunos y algunas periodistas argentinos. 

La buena nota de Luciana Aranguiz en Clarín, marcando una excepcion a la línea troglodita general del diario, dio cuenta de que varios atletas estadounidenses, entre ellos una gloria de la velocidad, John Carlos, uno de los autores de aquel gran gesto en México 68 contra el racismo, se plantaron con una carta al Comité Olímpico Internacional pidiendo el fin de las prohibiciones que impiden expresiones políticas de los deportistas en los Juegos Olímpicos.

“El COI y el Comité Paralímpico Internacional (IPC) no pueden continuar en el camino de castigar o expulsar a los atletas que defienden lo que creen, especialmente cuando esas creencias ejemplifican los objetivos del olimpismo", dice la carta, cuyos firmantes se asociaron a John Carlos, el hombre que levantó su puño izquierdo y guante negro en el podio mexicano, junto a Tommie Smith,  como  protesta por la persecución y  represión a los negros en su país y en Sudáfrica.

A la iniciativa de esta carta, se sumó el claro mensaje de los jugadores de New Orleans y Utah (NBA) contra el racismo.Tras cinco meses de inactividad pusieron la rodilla en el suelo mientras sonaba el himno de los Estados Unidos para apoyar los reclamos contra el crimen de George Floyd en mayo pasado y apuntándole a la brutalidad policial que es diaria, abundante y racista. En el Norte como acá en el Sur.

En este desquicio comunicacional (bien llamado así por Mempo Giardinelli) de periodistas deportivos que hablan de la falta de fútbol como si fuese uno de los peores males de la humanidad, mientras se enredan en sus tontas palabras anticuarentena, y no saben buscar otras noticias ni en el país ni en el mundo, tener la posibilidad de mirar a quienes desde sus espacios influyentes hacen algo por tumbar las injusticias no está mal.

Allá y aquí.

Porque las dos noticias de arriba se complementan con las buenas acciones que siempre andan por estas tierras. También la semana pasada Andrés Kogovsek jugador de handball y capitán de la selección en Londres 2012, les enseñaba, en River, a estudiantes de periodismo deportivo, una anécdota: cuando en un torneo local, durante un penal le pegó un pelotazo, sin querer, en la cara al arquero rival quien quedó tirado en el piso. Era su oportunidad para marcar, porque el rebote le quedó a Andrés, pero no hizo el gol. La tiró afuera. “¿Cómo voy a hacer un gol con un arquero en el piso?”, les dijo a los estudiantes. “Eso es estúpido. Esto es juego. Si gano quiero ganar bien”.

Pequeñas delicias. Para dejar testimonio de que pese a los agoreros, hay muchas chances de un mundo  y un periodismo mejores.