De las muchas reflexiones acerca del futuro después de la cuarentena, pocas han puesto eje en el periodismo y el deporte. Un buen obsequio del fin de semana lo fue la entrevista que Roberto Parottino de Tiempo Argentino le hizo al periodista español Santiago Segurola.

A los 63 años, Segurola es alguien con buen camino recorrido. Ideal para estas cuestiones de repasar el pasado para plantear los horizontes. Y también las utopías. Convencido hace años que los periodistas “hemos sido más publicistas y propagandistas que periodistas”, Santiago no dudó en calificar la época actual del periodismo deportivo como “ un Hollywood chiquito”, y agregó: “me preocupa la definición que he leído de que lo que hace es entretenimiento, no espectáculo. ¿Eso qué tiene que ver con el periodismo? Me preocupa que este espectáculo banal es el que está triunfando”.

Lo dijo para España pero rige sin dudas para la Argentina. A los gritos y colocándose en estrellas, los periodistas deportivos posan, se colocan en eternas víctimas, en dueños de todas las primicias del mundo, advierten a cada rato que “lo hemos dicho primero que nadie” y arman mesas de periodistas que creen saber todo sobre todo. La mejor muestra es la contaminación de panelistas que hizo estragos en la televisión argentina. Todas las tardes, todas las noches, todo el tiempo. A veces uno se pregunta ¿es que no tienen a nadie para entrevistar? O será que nos acercamos al momento en que los protagonistas hablarán el diez por ciento y los periodistas el otro noventa. Que si al menso dijeran algo interesante, uno seprende a la pantalla. Pero ya cansan con la repetición, siempre con lo mismo.  

En la nota de Tiempo Segurola afirma sobre el fútbol y los deportes: Desgraciadamente, vamos hacia un modelo elitista”. La denuncia apunta al remanido plan de concentrar a las grandes estrellas en equipos económicamente poderosos, que terminen con la democratización deportiva. Creación de Ligas ultraprofesionales, eliminación de equipos más pequeños o de ciudades pequeñas. Todo a la TV, todo a la imagen, el modelo de la NBA. Y si jugamos en Disney, todos juntos, mejor.

La contracara de ello será un deporte que escape de los modelos neoliberales. En ese sentido algunos medios cumplirán un rol importante y los gobiernos mucho más (nacional y provinciales). La grieta que vivimos es necesaria para estos menesteres. Mientras hay dirigentes que piensan en los clubes como sociedades anónimas, los hay quienes defienden el modelo social inclusivo. Lo mismo ocurre con los periodistas. Es cuestión de no dejarse arrastrar por quienes venden el concepto de un capitalismo poderoso que debe marcar las reglas. La realidad de la peste los ha mandado a la lona exponiendo que fueron sus soberbias las que los hundieron en las fosas. 

Segurola anduvo un poco pesimista en la nota. Quizás porque refleje el estado actual de una sociedad española marcada por las burbujas del Real y el Barcelona. Aquí hay más resistencia. Otras tradiciones de lucha. Gran parte de la sociedad cree en el estado. Y un periodismo joven que le perdió el respeto al modelo viejo de prensa.