No hay muchas reflexiones interesantes en el mundo alrededor de la tragedia que nos acecha. Veamos que ocurre en el submundo del deporte. Pablo Aimar, el entrenador de la selecciòn juvenil Sub 17 de la Argentina ha dicho:"Ojalá que este momento que atraviesa al mundo sirva para entender que hay personas fundamentales en una sociedad. Los médicos, los enfermeros, la gente de la salud, son importantes, y no los jugadores o los periodistas".

Gran verdad. Que pudo haberse dicho antes de la pandemia. Pero claro, antes de la pandemia, sonaba a panfletazo contestatario y rebelde.

Queda un largo tiempo de confinamiento aún. Pero más que el aislamiento y los permisos para circular y los autos que se amontonan, importa la situación de millones y millones de trabajadoras/es y doscupados/as y marginados/as que estarán dentro de unas semanas o meses en las catacumbas del olvido.

Si Mario Wainfeld tuviese razón en su análisis del domingo pasado en Página 12 ( “El enfoque mediático dominante sobre la cuarentena hace foco en las clases medias. Los periodistas las integran, la casi totalidad de los medios comerciales se dirigen solo a ellas, sus anunciantes también”), asistimos a otra degradaciòn de la finalidad de la prensa. Quizás por ello es que hay tanto acento colocado en los pudientes, o semipudientes compatriotas que aún hoy se encuentran en el exterior, con muchas ganas de regresar. 

La frase de Aimar no es la única que ha sonado en ese tono. César Luis Menotti a los 81 años pidió:_”El fútbol debe implicarse en ayudar a la sociedad”. La humanidad se encuentra ante un desfile de miserias y grandezas como pocas veces ha ocurrido. Deportistas multimillonarios que aceptan donar sus sueldos o parte de sus sueldos, empresarios que conducen clubes que lloran por el desastre que se les viene, periodistas deportivos que ya no saben de qué hablar porque se creyeron que el mundo era una pelota, un auto de Formula Uno o los lujos de las competencias internacionales que les permitían viajar.

Siempre es bueno recordar que en los momentos del falso paraíso menemista del 1 a 1, la TV argentina llegó a pagarlse sueldos más altos a los relatores de Fútbol de Primera (canal 13) que a las máximas estrellas de los equipos profesionales. Era una locura y un festival de derroches en ambos casos.

Y los derroches se pagan.

Son las sociedades las que deben discutir las democratizaciones de todas las actividades. He ahí lo importante hacia el futuro. He ahí la Gran lecciòn que puede o no dejar esta pandemia, si los periodistas así lo entienden. No puede haber brechas económicas semejantes como las que existen hoy, en ninguna actividad. El reparto de la riqueza, la igualdad, la no discriminaciòn y la valoraciòn seria de las actividades trascendentes y las actividades importantes merece que alguien toque ya la puerta para que se abran espacios de discusiòn y elaboraciòn de propuestas.

La hora del debate será larga, habrá que ver quiénes lanzan la primera piedra. ¿Será un deportista? ¿Será un periodista deportivo? O todo volverá a ser como antes y entonces, querido Pablito Aimar, habrá que sentarse a tomar un mate con vos dentro de un tiempo y contarte: ¿te acordás cuando dijiste que eran más importantes los mèdicos que lso futbolistas y los periodistas? Nadie te hizo caso.