¿Usted sabe quién es Felicia Sonmez? Si no es lector del mejor suplemento periodístico del momento (Las 12 de Página 12) o de los pocos medios argentinos que la mencionaron esta semana, no se enterará jamás. Reportera del Washington Post, Felicia fue suspendida después de recordar en las redes sociales que en 2013 el fallecido Kobe Bryant había sido denunciado por abuso sexual.

La muerte en accidente del basquetbolista desató en la Argentina y en el mundo la maldita costumbre mundial del periodismo de asegurar que los famosos muertos no tienen historia completa. Que su vida ha sido genial y ejemplar de principio a fin.

Amenazada en las redes sociales, Felicia recibió de su patronal la siguiente consideración: “La reportera de política nacional Felicia Sonmez ha sido puesta en baja administrativa mientras el Post revisa si los tuits sobre la muerte de Kobe Bryant han sido ofensivos”.

El famoso Post del famoso caso Watergate, sì, sì. El mismo.

Por suerte, trescientos compañeros/as de Felicia salieron en su defensa y la reportera de la verdad, fue reincorporada.

En la Argentina el caso Bryant generó algo parecido al caso Carlos Monzón. La mayoría de los “especialistas” olvidó nombrar este hecho de violación en la vida del exNBA, como olvidan señalar con precisión que el argentino ex campeón del mundo de los medianos fue un femicida y que nada gana la humanidad ocultando la violencia machista de miles de deportistas en la historia.

La periodista Flor Monfort escribió el sábado sobre el tema: “Mucho se repite la palabra patriarcado, poco se habla de sus alianza íntimas” al entregarnos una nota espectacular sobre estos asuntos graves que el caso Bryant y el crimen de Fernando Báez Sosa, deben desatar en la impune prensa nacional.

Gran razón tiene la colega y ex futbolista Ayelén Pujol cuando dice: “ El periodismo deportivo viene muy atrás respecto de los avances del feminismo. De fútbol hablan los varones, los programas son por lo general de cinco o seis opinando a los gritos peleándose…si repasás las secciones de los diarios, son todos varones. Me parece que los tiempos demandan una mirada con perspectiva de género en todos los ámbitos, en la política, en todo. Y el periodismo deportivo es el último en la cola”.

El caso Bryant es otra expresión de ese manto de patriarcado que nos tapa, ata, asfixia. Quienes militan con ese manto pretenden poner a la violencia, la violencia sexual contra las mujeres, en el cajón de los asuntos menores.

Por eso Felicia merece un espacio aquí. Y un grito de ¡Grande Felicia!