Pocos periodistas deportivos se arriesgan a remover el pasado. Una mayoría cree que sólo las efemérides o los repasos verticales – con recitado incluido de tal o cual formación- de un equipo, de un  gol determinado en cierta Copa de Verano  o una anécdota jugosa del siglo XX, alcanza para llamarse “buen conocedor del deporte”.

Hay otros, como Claudio Gómez, que llevan un tiempo concentrados en la investigación. En materia de libros primero acertó con “Maten al rugbier. La historia detrás de los 20 desaparecidos de La Plata Rugby Club”.  Allí profundizó las pistas y detalles que reconstruyen los crímenes del terrorismo de estado que entre 1976 y 1978 asesinaron a los militantes-deportistas, siempre ignorados por la elite periodística del rugby.

Además, en sus trabajos para Perfil, Claudio fue de los pocos que puso la lupa sobre Eugenio López Melitón, mal llamado agente de futbolistas. En realidad se trata de un ambicioso representante de jugadores (Angel Di María, Nicolás Otamendi y al uruguayo Rodrigo Mora) pero también presidente del Instituto Provincial de Lotería y Casinos de nuestra querida provincia de Buenos Aires, es decir, hombre de la gobernadora Vidal. De él contó que aparecía involucrado en la investigación Football Leaks publicada por la revista alemana Der Spiegel y que tuvo escasa superficie informativa en la Argentina. Recordamos que los Football Leaks se refieren a papeles que denuncian paraísos fiscales y evasión de impuestos.

Ahora Claudio tiene en las librerías una obra digna de seguirse. “El partido rojo”. El recuerdo y la data sobre aquel empate de Independiente ante Talleres en Córdoba  (2 -2) del que se cumplieron  40 años el pasado 25 de enero.  El Rojo consiguió el torneo Nacional 77 esa noche de 1978 con tres jugadores menos y con un gol de Bochini a los 38 minutos del segundo tiempo. Era la igualdad y lo increíble se transformaba en real. Independiente campeón, de visitante, con tres expulsados y después de reflexionar sobre la idea de abandonar la cancha cuando el árbitro consumó las tres tarjetas rojas en un solo acto.

Considerada una de las mayores hazañas en el fútbol argentino, Claudio Gómez no sólo la retrató insertando la investigación  en la Argentina de la dictadura, sino que profundizó la Córdoba del genocida Luciano Benjamín Menéndez, comandante del Tercer Cuerpo de Ejército, que controlaba diez provincias. Menéndez – cuenta Gómez- pretendía que el partido fuese también propaganda propia y se imaginaba que un triunfo de Talleres le vendría bien en sus ambiciones de mostrarse como hombre más poderoso que el otro general que usurpaba la Casa Rosada, Videla.

El otro aspecto que encaró Claudio es la relación entre aquel  título que logra Independiente (presidido por Julio Grondona) y las futuras elecciones en la AFA. Talleres tenía como presidente al empresario Amadeo Nuccetelli, quien defendía una mayor cuota de federalismo en el fútbol argentino. Un triunfo de Talleres lo posicionaba al Pelado Nuccetelli como el gran candidato de las provincias frente a los poderosos clubes de la Capital Federal. La trama secreta de estos asuntos le pone el condimento de investigación frente a las evocaciones simples y sencillas de la generalidad de artículos sobre el tema que leímos y escuchamos en estos tiempos.

Para quienes aún creen en la investigación deportiva, una refrescante señal ante el agobiante silencio.