Muchos periodistas deportivos y no deportivos de la Argentina se pasan la vida poniendo a la BBC y al modelo inglés de comunicación como ejemplo de manejo de los medios estatales.

Otra gran mentira que suele alimentarse de la manía fabuladora de las empresas que comercian la noticia en nuestro país.

El reciente caso del ex futbolista Gary Lineker es la última muestra.

Luego de una serie de protestas Lineker fue reincoporado a la programación deportiva de la BBC. La empresa estatal inglesa, lo había sacado de su puesto por las críticas del goleador del Mundial 86 a la política de su país con los refugiados

Lineker es comentarista y analista de la cadena británica y se lo podrá ver nuevamente el próximo sábado en Match of the Day, su programa.

La BBC había tomado la decisión de apartar a Gary Lineker de la programación luego de un mensaje publicado en las redes sociales. El texto de Gary en Twitter criticaba el proyecto de ley de inmigración apoyado por el Gobierno de Reino Unido. "Esto es horrible. No hay gran afluencia. Aceptamos muchos menos refugiados que otros países europeos importantes. Esta es solo una política inconmensurablemente cruel dirigida a las personas más vulnerables en un lenguaje que no es diferente al utilizado por Alemania en los años 30".

Si uno observa este caso (que tuvo trascendencia por tratarse de una estrella del fútbol) y le suma la feroz persecución de Julián Assange, el fundador de Wikileaks, a quien podrían condenarlo a hasta 175 años de cárcel, se da cuenta de la hipocresía de quienes pretenden venderle a lectores y televidentes que existen “países serios” en materia de libertad de expresión.

Assange está detenido en una prisión de alta seguridad de Belmarsh, en el Reino Unido; los distintos gobiernos de Estados Unidos piden su extradición acusándolo de publicar documentos secretos que informaban de crímenes de guerra que cometió el ejército estadounidense en Afganistán e Irak.

Es el mismo Assange que hace unos años era elogiado mundialmente por medios y periodistas de investigación de todo el mundo y que hoy ha sido abandonado. 

Tanto la persecución de Assange como los ataques a Lineker son atentados a la libertad de expresión silenciados mayoritariamente por nuestra prensa.

Las maneras de silenciar periodistas críticos y de poner mordazas, no son propias de países latinoamericanos. Aquí tenemos luchas importantes para desarrollar en contra del monopolio de la palabra (si lo sabremos con el manejo de las transmisiones deportivas). Pero guay de aquellos que piensan que en el mal llamado “Primer Mundo” se encuentra el paraíso terrenal de la libertad de expresión.

Todo lo contrario, allí también hay infierno.