La lista parece interminable: Samuel Eto'o, Lionel Messi, Cristiano Ronaldo, Neymar, Rafael Nadal, Arantxa Sánchez, Javier Mascherano, José Mourinho, Luka Modric, Marcelo, Xabi Alonso, Ángel Di María, Fabio Coentrao, James Rodríguez, Ricardo Carvalho, Sachin Tendulkar, Radamel Falcao, Alexis Sánchez, Adriano…

Son los señalados o acusados o condenados por evasión fiscal por tribunales, investigadores, o agencias fiscales de sus países.

La reciente condena al ex futbolista del Barcelona Samuel Eto'o, (veintidós meses de prisión y cuatro millones de euros, en España por evasión fiscal) y la respuesta del actual presidente de la Federación de Camerún: “Reconozco los hechos y voy a pagar, pero que conste que entonces era un niño y que siempre hice lo que mi padre me pedía que hiciera”, dieron pie a un excelente artículo en Página 12 de Luis Lanao, el ex jugador de Vélez y campeón juvenil en el Mundial de Tokio 1979.

Lanao, columnista del matutino, señala aquello que el periodismo deportivo en general tapa y oculta: el uso de paraísos fiscales para ocultar ganancias y evadir impuestos en sus países por parte de los dueños de fortunas (en este caso deportistas). A ello se suma la falta de registros o doble contabilidad que se utilizan por parte de representantes y estudios contable-jurídicos que ayudan a estos señores y señoras a evadir cargas tributarias y así eludir sus deberes de solidaridad con la sociedad.

A Lanao le llama la atención el poco interés de la prensa y la gente por estas conductas.

En estos días, cuando la sociedad argentina discutió y discute mucho de Economía, viene muy bien que el ambiente deportivo y el periodismo se pongan a la altura de estos debates. También le toca a nuestro mundo deportivo pensar por qué pasa lo que pasa con la falta de dinero.

No hay ninguna duda que los ejemplos de evasión (que son miles de miles) ayudan a comprender por qué le falta dinero al estado, entre otras cosas para desarrollar mejor las políticas deportivas.

El FIFAgate, las múltiples condenas a los personajes señalados en el primer párrafo, los turbios audios de los negocios de Piqué, los subsidios estatales a empresas privadas del deporte (ver informe del Institute por Policy Studies sobre 64 propietarios multimillonarios de 68 equipos en Estados Unidos que aumentaron su patrimonio en más de $98.500 millones), el Mundial que se jugará en un paraíso fiscal, son apenas una muestra del temario extenso que debe ser materia de investigación en nuestro periodismo.

¿O será cierto, como se escribió una vez en Clarín que no se hace por esto?

Finalmente, los paraísos fiscales británicos pueden contar con la discreción de la prensa londinense. Sólo el diario The Guardian , que dio a conocer los DocuLeaks, hace campaña para prohibir este oscuro patio trasero de la Corona. Los demás hacen silencio de radio. La mayoría de los propietarios de diarios tienen sus domicilios en las zonas offshore. (Clarín Económico-edición del domingo 14 de abril de 2013)