Mucho tiempo atrás una frase de Maradona sobre el sacrificio de los jugadores de fútbol que estaban concentrados muchos días y no veían a sus familias, puso, para muchos, las cosas en su lugar. “No me hablés de sacrificio, los que se sacrifican son los que se levantan a las cuatro de la mañana para ir a cargar bolsas al puerto”.

Diego recordaba así la historia de su padre, obrero de la trituradora de huesos y molienda Tritumol, quien alguna vez debio ganarse unos pesos extras con el cargado de bolsas.

La exagerada exaltación del triunfo de Los Pumas ante los All Blacks se parece en mucho a la exaltación de aquellas cuestiones del sacrificio de los futbolistas, por ejemplo, porque también tenían que entrenarse dos veces por día.

Un video que casi, casi glorifica a Los Pumas por sus prácticas en un departamento, en un garage o en el fondo de la casa durante la pandemia, hace bien a los ánimos, pero no está bien que intente sobreexcitar a las multitudes.

Elevar a la categoría de leyendas o héroes a los deportistas, además de ser una bobada propia del periodismo deportivo en general, impide dimensionar en qué lugar de las prácticas deportivas nos encontramos.

Esto vale para todos los deportes y para toda la vida. Los abuelos nos dirían: al pan pan, y al vino, vino. Los Pumas consiguieron un resultado que no puede reducirse a expresiones mínimas. Para ello el lenguaje y la literatura deportiva tienen recursos múltiples a fin de colocar las cosas en su debido sitio. Sin necesidad de usar términos acalorados o que despierten pasiones nacionalistas que nada tienen que ver con un test de rugby.

Eliseo Branca , un ex Puma a quien apodan El Chapa, dio quizás en la justa medida: "Te agarran unas ganas sanas de pensar, ¡cómo yo no estoy ahí!".

Ganas sanas. He ahí el límite bien pensado para el disfrute de un partido que seguramente no será uno más ni para sus protagonistas ni para el público deportivo que sabe valorar los significados exactos de aquello que ocurre  dentro de un campo de juego.

Millones de personas en el mundo hacen lo que pueden en estos tiempos, cuando un virus se apodera de cada rincón de la tierra para demostrarnos qué cosas son realmente importantes en la vida y cuáles no servían absolutamente para nada.

El dinero y las fortunas entre otras cosas.

Volvamos a ver el video de Los Pumas entrenándose en las semanas anteriores al triunfo y haciendo los “sacrificios” necesarios para llegar de la mejor manera  posible a un match de los más soñados para los pibes y pibas que practican rugby. Y mientras vemos que en esas imágenes filmadas aparece un plato de comida apoyado en la alfombra del hotel a la espera de que un jugador abra la puerta de su habitación y lo tome para cenar solitario y  así evitar contagios, pensemos en los miles de platos de comida que no llegan a una panza porque hay una prensa que sostiene el mundo de los privilegios y jamás piensa en el mundo de la igualdad.