Lunes. Una tesis: la superposición de imágenes seleccionadas de la web y luego organizadas cronológicamente termina creando una narración. Hago el primer experimento en Facebook. Junto las imágenes y las publico. No es del todo satisfactorio. Hay algo pero no es claro, no es sorprendente. Llego a la conclusión de que la web es un mecanismo superador de todas las vanguardias del siglo XX y sus trucos. Ya estamos, entonces, otra vez en la casa lisa del sentido, como lo estuvimos en el cambio de siglo del XVIII al XIX y del XIX al XX. Ahora se trata de narrar y argumentar. La ortopedia mecánica y sus articulaciones queda de costado. En caso de que el cuerpo noble no funcione, veremos, pero por ahora no.
Martes. Las relaciones entre lectores, ¿cómo son? ¿Se potencian? ¿Se superponen, se molestan? El lector frente al libro es una imagen que se estudió, pensó y recreó mucho. Pero el lector frente a otro lector me parece que fue trabajada un poco menos. Quizás se deba a que todos somos lectores, de una u otra manera, y entonces la escena se genera con mucha frecuencia. Pero si usamos la palabra “lector” creo que es diferente. Un lector y otro lector. ¿De qué hablan? De sus lecturas. ¿En dónde se amigan, en dónde coinciden, en qué se recelan? La imagen abarca la historia de las relaciones humanas. Quizás, finalmente, un lector sea sus lecturas y más allá de esas lecturas, de esos títulos, de esas palabras, de esos nombres propios, no sea nada. Entre los restos de la biblioteca familiar aparecieron unas ediciones de la Biblioteca Billiken. Ediciones abreviadas de Verne, sobre todo, 20.000 leguas, Los hijos del Capitán Grant, La vuelta al mundo en 80 días, también el primer Robinson Crusoe que leí, y una curiosa edición del Martín Fierro novelada. ¿Cómo es? Se cuenta el Martín Fierro en prosa y cada tanto alguno de los personajes dice algunos versos o una estrofa, casi siempre las más emblemáticas. Me acuerdo que, en algún momento de mi carrera universitaria, vi o tuve, una edición mexicana de la Divina Comedia en prosa. Era una libro raro, cuyo papel me resultada ordinario, casi sucio.
Miércoles. Leí y releí un poco Viaje a través de la Patagonia de Henry de la Vaulx, un francés, conde tácito, escritor, aviador, explorador y saqueador de tumbas. Las partes que le dedica a los indios son muy buenas.
Jueves. Veo en Netflix la película The last days on Mars con astronautas zombies adictos al vidrio molido. Es como Alien pero en el siglo XXI.
Viernes. Leo el único poema conocido de Lacan. Es un soneto. ¿De qué trata? Entiendo que cuenta las certezas de un tipo que se suicida tirándose a un volcán activo. Bueno, leyendo más en serio: vitalista, barroco, el poema dice que el hombre trasciende con el deseo, y que lo demás es basura, ni basura, apenas un accidente. Pero, también agrega que el deseo puede ser “un demonio pensante”, “un dios privado de sentido.”El poema de Lacan salió en la sección Fronteras, de El Caldero de la Escuela, número 51, mayo, 1997, revista que en ese momento dirigía mi madre. Mi madre lacaniana cocodrilo. Si mi padre no hubiese sido italiano esto podría haber sido un desastre. Mi madre le decía “gitano” a mi padre cuando discutían. Y desde luego mi padre se reía y ella perdía la discusión. Los gitanos no se pueden analizar. Son todos príncipes. Los italianos del sur pueden porque son héroes de la clase trabajadora. Para mí el amor, es que alguien te diga “¡gitano!” como un insulto. Où m’attire le poids de mon démon pensant. Al parecer el título original del poema de Lacan es Hiatus irrationalis. Está bien, todo se detiene y nos tomamos un momento para la irracionalidad.
Sábado, 1 de julio. Leo fragmentos del discurso de Lugones por los cien años de Ayacucho. Los leo en voz alta, para mis compañeros del trabajo. 1922, el Ulises, 1924, La hora de la espada. Guerber en Twitter: “Por el amor de Dios, tenía 6 años y recuerdo con toda nitidez el día en que murió Perón. Primero de julio de 1974. Del colegio nos hicieron volver a casa. Uno de mis compañeros de grado observó que se llamaba Domingo y se murió un lunes.”