Viernes. Twitter es una forma de olvido. Ya ni siquiera se llama Twitter.

Más tarde. Napo: “A mí el único libro de Aira que me gustó es Parménides porque parece un cuento de Dolina.”

Sábado. Mussolini tenía una memoria excelente. Muy joven, en Predappio, caminaba de madrugada recitando pasajes del Infierno de Dante para molestar a los burgueses que dormían. Se decía que tenía una voz potente y bella y que los niños se despertaban para escucharlo.

Domingo. El Funes de Borges era, quizás, un suicida.

Lunes. Sale mi libro sobre la Antártida. No espero nada. Ni reseñas, ni ventas, ni lectores, ni comentarios. Como me dijo Guillermo David una vez, hay una ceguera antártica de siglos. ¿Qué puede hacer un frágil y apurado libro contra eso?

Martes. La semana pasada, el jueves, murió Paul Auster. Fui a mi biblioteca a repasar sus libros. No lo seguía. Pero algunos leí y a mi padre le gustaba mucho La música del azar. Siempre me lo contaba y analizaba. También recuerdo haber leído y releído El cuaderno rojo, que tiene buenos momentos. Y La invención de la soledad. Lo más importante que me generó la muerte de Paul Auster, un narrador que estuvo ahí toda mi vida, fue una cuenta, un cálculo. ¿Cuánto me queda? El número ronda los treinta años. ¿Es mucho? ¿Es poco? Aldo una vez me dijo: “La vida no es ni corta ni larga. Ese es el problema.” También murieron Javier Martinez y Menotti. Javier Martínez fue sin competencia el mejor vocalista del rock argentino, y eso que tocaba la batería.

Miércoles. Milei dio una entrevista a la BBC y, aunque no lo dijo así, le titularon: “Falklands still British, admits Argentina leader.” Para mí, Malvinas siempre fue la foto de la Virgen María en la culata de un FAL.

Jueves. Cecilia se fue a hacer una mamografía y me dijo que ahora usan un robot que aprieta hasta un punto de dolor y saca las placas: “Cuando sentís mucho dolor, aprieta un poco más.” Me dijo que el robot era sádico. Le creí.

Más tarde. Le saqué una foto al monumento de Don Pedro de Mendoza en Parque Lezama. El fundador mira Buenos Aires y entiende mucho pero algo de todo esto que hicimos se le escapa. No podría ser de otra manera.