Lunes. Volví a ver Nueve Reinas. Sigue siendo excelente. Se la puede entender sin problemas dentro de una tradición literaria que empieza con Arlt y Boedo, y sigue con Jorge Asís, pero no está exenta de algunas referencias borgeanas, sobre todo a la falsificación y la percepción equívoca. La versión que hicieron en USA no es tan buena. Eso implica que, en la película, hay algo del orden de lo argentino que no puede ser copiado o reproducido.

Martes. Williams Burroughs y Bioy Casares nacieron en 1914. Son escritores diferentes pero con puntos de contacto. ¿Cuáles? Hay un límite que se corre en ambos, un uso de la experiencia frente a los usos de las letras. Como soy un excelente padre, hoy tomé la excusa de la lluvia para, primero, mostrarle a mi hijo Mi agüita amarilla de los Toreros Muertos, y luego reflexionar sobre el ciclo del agua y pasar a la excelente versión de los Molotov.

Miércoles. Paro de subtes. La línea A, cerrada. Fui en colectivo hasta el centro. Pasé por el Colón. Saqué entradas para La viuda alegre, arriba, sentado pero lejos y recién para el 30 de septiembre. Después, Nestor Leuchenco me invitaba a almorzar en Edelweiss. Llegué temprano. Pregunté por la reserva. Me dieron una mesa excelente. Robles estaba invitado pero se excuso diciendo que no llegaba porque se había incendiado el jardín de infantes de su hija menor. Nestor llegó con su bonhomía habitual y me empezó a contar su viaje por Francia y Cataluña. El mozo que nos tocó nos atendió muy bien. Pedí un bife a la Bismarck y una cerveza. Néstor, una trucha a la manteca negra y un vaso de vino blanco. Hablamos de su amistad con Eugenio Zanetti y de su libro al que yo llamo El método Levchenko con v corta en vez de u. (Néstor acepta el título bajo protesta.) Los cuentos y las historias del libro son muy similares en forma, trama y personajes a las anécdotas que cuenta Néstor durante el almuerzo. Por ejemplo, corrió un tren que se les escapaba con una vieja a la que describió como velocista olímpica. También me habló del snobismo, insoportable y recurrente, de los catalanes. A la vuelta encontré en la disquería de Talcahuano una versión en tres vinilos de Il trovatore a mil pesos. Son los tres vinilos en muy buen estado pero sin información adicional. Cuando llegué a casa, puse la ópera pero desde YouTube. Todavía no hice sonar los vinilos, aunque desempolvé el tocadiscos. Se sufre y se gana. Un cuchillo de goma. Simplemente no sirve.

Jueves. Viajo a Pacheco. En Villa Ballester tengo que combinar con el tren que va a Zárate pero lo cancelan. Sigo a pie, luego en Uber, que me lleva por unos basurales postapocalípticos. Luego el chofer se equivoca de subida en una autopista. El día empezó lluvioso y ahora se compone. Releo la edición de Eudeba de Dos años entre los hielos de José María Sobral.

Más tarde. Tengo muchos libros en casa y los organicé en una mesa como si fuera una librería de viejo.

Viernes. Buen día de trabajo en el archivo. También compré la edición que hizo Anagrama de Guerra de Celine pero solo por la tapa, que me parece excelente. Desde ya, cuando tenga un rato lo voy a leer. Pero es un libro que ya me puedo imaginar y disfrutar sin necesidad de pasar por ese trámite lento.