Lunes. El jueves trataron de matar a Cristina. El viernes se decretó feriado. El sábado a la mañana en el taller con Robles hablamos de la composición de personaje que se puede leer en el asesino fallido. (Redes sociales, moda y vestuario, tatuajes, oficios, apariciones televisivas, vida social, torpeza.) Ayer Matías Raía presentó Vida, obra y milagros de Marcelo Fox. Del fin de semana me quedó la sensación de haber convocado el humor negro.

Martes. Una excavación arqueológica en un cementerio del siglo XVII en Pień, al sureste de Polonia. Encontraron los restos de una vampira. Un esqueleto femenino está enterrado con una hoz en el cuello y un candado en un pie para evitar que se levante de la tumba.

Más tarde. Leo el número 7, marzo de este año, de Golosina Caníbal Presenta, editado por Matías Raia. Es una larga entrevista a Laiseca donde el entrevistador, Hernán Bergara, logra bastante intimidad con el escritor.

Miércoles. Leo sobre una especie de abeja que evolucionó y le salió un diente y ya hace miel de carne. También leo sobre un tipo que caminaba por la playa y encontró una bolsa con más de treinta kilos de cocaína. Son noticias del futuro. (Robles dice que el futuro son las redes ocultas de Telegram donde se ofrece sexo y drogas y se pasan fotos con flash de partes humanas con fondos de paredes sin revocar.)

Jueves. Partes de una narración: forma y contenido (yo preferiría decir “historia”, forma e historia, pero es forma y contenido.) Si no se puede diferenciar la forma y la historia, por lo general las narraciones salen mal. No son eficientes. En esto es importante escuchar a Haydn y a Mozart. Abandonar el melodrama romántico. (Borges podría servir como ejemplo, pero, después de darle vueltas, entiendo que su estilo resulta, finalmente, demasiado barroco tanto en forma como en contenido. Lo borgeano es tanto un estilo como una serie de temas, personajes y escenas.) Y forma no es estilo. No es solo estilo. Otro dualismo imperfecto: elipsis y descripción. ¿Quiere aprender a escribir? Escriba cuento de humor negro. El ejercicio sería escribir cuentos de humor negro. Escriba cincuenta cuentos de humor negro. Aprenderá a escribir sin darse cuenta. Y sus lectores leerán también una reseña de la vida argentina.

Más tarde. Una buena entrevista a Mavrakis en Grupolaprovincia.com sobre el odio, los discursos de odio y la política. Recorto este párrafo: “Si la tecnología fuera creadora y propagadora de odio, al desactivar las pantallas despertaríamos en un mundo de amor. El problema de emplazar los discursos en estos términos es que nos deja en el ámbito teológico de la demonología y la angelología. En realidad, estamos hablando acerca de qué discursos ayudan a los ciudadanos de carne y hueso a intervenir a favor de lo bueno y lo correcto, lo cual, en palabras de Peter Sloterdijk, se expresa de manera moderna como a favor de intereses. Intereses es la palabra clave, porque nos desplaza de la teología a la política. No hay odio ni hay amor, sí hay intereses. Por lo tanto, hay política.”