Martes. Leo a Montaigne de forma semanal. Uno, dos o tres ensayos por semana. Preparo mis clases. También escribo una serie de notas sobre Dolphy. (Lo único que me motiva ahora, enseñar Montaigne, escribir sobre Dolphy.) Mia Antonella se mudó a Constitución. Ahora me dice que el barrio con sus chulos, sus cartoneros, su prostitución, sus dominicanos y sus senegaleses, que era lo que más dudas nos daba, me dice que ahora el barrio es lo que más le gusta.
Miércoles. Mañana tengo un curso de capacitación para intervenir en Wikipedia organizado por el museo. Lo espero con cierta ansiedad. Nunca escribí en wikipedia, siempre lo leí. “La vida de César no es de mejor ejemplo que la nuestra para nosotros mismos; emperadora o popular, siempre es una vida acechada por todos los accidentes humanos.” La épica es una mezcla muy precisa de técnica para resolver lo que se puede resolver con técnica y voluntad, creatividad y coraje para resolver lo que no se puede resolver con técnica.
Más tarde. “¿Y dónde están ahora los psicoanalistas?/ Calmando la neurosis de los accionistas.” En la versión de Encuentro en el Estudio, Cantilo cambia “accionistas” por “ahorristas.”
Jueves. Robles se mandó hacer un buzo que en la espalda tiene impresa la tapa de Valis de Philip K. Dick en la que se ve al Cristo crucificado en una nave espacial. Me manda la foto. Me lo cuenta con algo de pudor y mucha alegría. Titular: “Ciudad japonesa se gastó la plata para combatir el coronavirus en una estatua de calamar gigante.” Entre oficialismo o muerte, el antiperonista elige muerte, pero no la de él, sino la de todos. Es un militante de la extinción.
Más tarde. El inconsciente está estructurado como un meme.
Viernes. La épica es una mezcla muy precisa de técnica para resolver lo que se puede resolver con técnica y voluntad, creatividad y coraje para resolver lo que no se puede resolver con técnica. Arlt es el heredero directo de Montaigne en la Argentina, no Borges, ni menos Ezequiel Martinez Estrada. Murió Alcira Argumedo, una luchadora irremplazable. En “Función, norma y valor estéticos como hechos sociales”, Mukarovsky dice que el periodismo cultural del siglo XXI es muy malo.
