Jueves Santo. Escribí “Buen viaje, Carlos” y ahora al releerlo, me siento un tonto. Al parecer Busqued tuvo un infarto y se cayó por las escaleras del edificio donde vivía. No murió de forma serena. Hoy estuve releyendo su antiguo blog y el ensayo que le dediqué a Bajo este sol tremendo, mientras el periodismo devora su cuerpo y parasita su mente.

Más tarde. Vuelvo a ver Sunset Boulevard. Me encanta el personaje del escritor que quiere ser empleado de los grandes estudios y termina siendo mayordomo amoroso de una mujer en decadencia. Su potencial alegórico es determinante. En un momento, el fracaso John Gillis piensa en volver a su ciudad y al periodismo por 35 dólares semanales.

Viernes Santo, 2 de abril. Hoy se junta la Pascua y el día de los veteranos y los caídos en Malvinas. No escribo nada. Leo a Montaigne. Preparo una clase. Me acuerdo que en el 2013 murió Marshall Berman. El único libro suyo que leí es Todo lo sólido se desvanece en el aire. Un único libro. Las fotos lo muestran como un tipo feo y sensual. ¿Por qué le perdono tan rápido que parezca un croto? Es más, ¿por qué siento que está bien, que en su look de lumpen, de homeless hay vitalidad? Para empezar, no todos los vagabundos escribían como él. Pero hay algo más. Tematizó ser judío, ser un newyorker, ser docente universitario. Anticipó a Zizek. Todo lo sólido... es un poema en prosa sosegado y preciso pero también suave y melancólico. Sin alzar la voz, Berman toma temas pesados y los hace ligeros, sus digresiones son amables. Hay algo de conversación, paradójicamente de austera solidez, en su prosa. Un libro que nos explica nuestras angustias más allá de nuestra psicología particular. Berman sale directamente de Montaigne. Vivir es conversar.

Sábado de gloria. Con tiempo para escribir pero un dolor de cabeza importante sobre la parte derecha de la frente. Problemas para dormir, concentrarme y también, no sin sorpresa, dolores de panza. Si mañana confirmáramos que el covid no es más que un experimento eugenésico a escala planetaria, sentiría poca sorpresa.

Más tarde. Publiqué en Revista Paco mi ensayo sobre Busqued. Es un gesto banal que no logra mitigar ni un poco la tristeza. Alguien me insulta en las redes porque “el crítico es un resentido envidioso.”

Domingo de resurrección. Escucho a Arrau tocando Schubert. Un titular: “Study confirms King Tut's dagger was made with iron from a meteorite.” Miro The apartment de Billy Wilder. Estrenada en 1960, ya estaba todo lo que vino después con las sitcoms de Warner y Sony como Mad about you, Seinfeld y Friends. New York, los vecinos, los departamentos, el trabajo y el ocio en la ciudad, el humor de los neoyorkinos, el amor, el desamor… Todavía no llega el otoño a Buenos Aires.