Lunes. Llega la nochebuena. ¿Quién de nosotros escribirá el nuevo cuento de navidad-covid? La felicidad gira sobre esas reescrituras, sobre esas moralejas.

Martes. Me voy al campo, a General Las Heras. Hace mucho que no vengo. Encuentro el pueblo cambiado, más activo, hay más negocios, más gente, todos con barbijo. En la casa familiar la pileta está lista. Mi hijo tiene una remera amarilla con dinosaurios en azul y el lema “Dinosaurs species.” La temperatura alcanza treinta y dos grados. En el termo desde donde cebamos mate también hay un sticker de un dinosaurio. Nos metemos juntos en la pileta con mi hija. Nadamos. Mis recuerdos más felices son nadando con ella cuando tenía la edad de mi hijo más chico. El sol cae y leo El Vel, violencia estudios lacanianos. Gogui en México encara la lectura de la obra completa de Clifford Zimak. A medida que lee, me la va comentando. Sus comentarios son mejores que las novelas, no tengo dudas.

Miércoles. 24 de diciembre. Armamos el arbolito en un pino que hay cerca de la casa. Regalo libros. Recibo libros de regalo. ¿Qué libros regalar? Los que usted quiera. Feliz navidad.

Jueves. 25 de diciembre. El lunes Macke me dijo en la plaza Giordano Bruno mientras nuestros hijos jugaban: “Leo lo que escribís en tu diario, cada tanto entro y leo dos o tres seguidos, pero no los salteo, creo que los leí todos.” Era algo que ya me había comentado. Le respondí que mi escritura es despareja, como la de todo diario. Me dijo que sí, un diario desparejo.

Viernes. La luz de la Provincia de Buenos Aires es muy identificable. George Steiner decía que reconocía la luz de los países europeos, la luz de España, de Italia, de Alemania… Cuando cae la tarde del verano en la Provincia de Buenos Aires se ve algo a la vez salvaje y cándido, un clima reconocible, que dura poco. El sol ilumina la llanura de forma horizontal, choca contra el verde de los árboles y los grises de las casas, es una luz naranja y me da la sensación de que la reconozco. Mientras escribo esto, mi hijo se me acerca y me dice: “Papá, te veo muy feliz de venir acá.”