Libros y Lecturas

Sábado. Ayer renuncié a Revista Paco después de doce años de trabajo casi diario. No llores enfrente de los mexicanos.

Viernes. Bresson: “Estúpida desconfianza de las cosas sencillas.”

Viernes. Eso que llamamos “literatura” es un arte esotérico y lo que llamamos “música” es una ciencia paranormal.

Viernes. ¿Por qué hay amor y no hay nada?

Lunes. Llevo la computadora a arreglar. Me arreglan una cosa y rompen otra. La llevo a otro técnico. Pasa lo mismo. Arregla algo y rompe otra cosa. Pienso que es hora de cambiar de máquina. Así que hoy me levanté y fui a la Galería Jardín. Pero no encontraba lo que estaba buscando. Compré un monitor, volví a casa y pedí por Mercado Libre una mini pc. Se acabó, al parecer, la época de las grandes CPU que vibraban con sus ventiladores y tardaban en encenderse. Eso, creo, es algo bueno.

Sábado. Dejé la computadora en un técnico de Palermo y me dijeron que me llamaban en 24 o 48 horas. Eso fue el miércoles. Ayer viernes mandé un mensaje. “Sigue en revisión el equipo” fue la respuesta lacónica. Todo me da muy mala espina. Espero tener noticias el lunes. Pasa el tiempo y yo cada día, cada hora,  extraño un poco más mi compu. Estaba editando la película de la Antártida y ese proceso, lento, trabajoso, había empezado a salir adelante y, entonces, tuve que parar. Desde luego, ya no vivimos en el siglo XX y no temo perder mis archivos. El técnico al que se la dejé hace publicidades en las redes sociales diciendo que es especialista en recuperar datos. ¿Qué intimidad podemos llegar a tener con una máquina?

Lunes. Hablamos con Robles sobre el subgénero película bélica de submarinos. Se trata de un marco, y un marco adentro de un marco. (Una máquina adentro de una máquina.) Y luego el afuera, que en las películas más antiguas como Run Silent, Run Deep, con Clark Gable y Burt Lancaster, o Torpedo Run, con Glenn Ford y Ernest Borgnine, ambas de fines de los años 50, ambas de la Metro con el león rugiendo al principio, es más bien primitivo, con maquetas y escenas poco logradas. (Aunque hay momentos de explosiones que se dejan ver, o de hundimientos, como el final de El último torpedo cuando ven hundirse el portaaviones japonés por el periscopio. También todas tienen una intro donde hay una fiesta o una mesa familiar.) Robles me sorprende. Dice que el mecanismo en la película de submarinos es similar a la del asesinato en el cuarto cerrado. Es una lectura interesante, creativa. Dos lugares cerrados para dos narraciones que se cierran y hay que ir variando para abrirlas. Vi Black Sea con Jude Law en Netflix y ese tema me pareció muy bien tratado. Una película excelente y nueva, hecha “como las de antes.” ¿Por qué? Buenos climas, ninguna concesión, excelentes personajes. Y la trama se desata por la indisciplina y la mezquindad humanas. Al final, toda película de submarinos es un retrato de la psiquis de sus protagonistas. La analogía es cantada, bajar en las profundidades del mar para pelear se parece mucho a sondear la neurosis de los hombres.

Sábado. Trump volvió a ganar una elección y va a ser presidente de Estados Unidos otra vez. Eligió a Elon Musk como ministro, modernización, estado eficiente, algo así. Pero hace un tiempo, en Twitter, lo ninguneó diciendo que era el creador de “electric cars that don't drive long enough” “driverless cars that crash” y “rocketships to nowhere”. Los militantes y periodistas reflotaron esos dichos. Parecen títulos de libros de ciencia ficción. Un abanderado del sistema privado pide la escupidera del estado… pero eso ya no es noticia.

Lunes. Martín Prestía que descubrió que en el Normal 4 Estanislao Severo Zeballos, con el primer peronismo, se hablaba de la Antártida Argentina. Me pasó unas capturas de una vieja revista llamada Guía quincenal de la actividad intelectual y artística argentina (Año 1, número 13, oct. 1947) donde se hace una breve crónica del evento. Al parecer, la profesora Primavera Acuña de Mones Ruiz se lució con una conferencia que reivindicaba los derechos antárticos argentinos, elogiando a la Armada y a las otras fuerzas y destacando el trabajo de la Comisión Nacional del Antártico. También habló el teniente de navío Eduardo Salgueiro. Hice desde el preescolar hasta quinto año del secundario en ese colegio que no fue el mejor colegio posible. De hecho, fue bastante malo. Pero tenía el Parque Rivadavia al lado y aprendí mucho en la feria de libros del parque. Pese a todo, la historia siempre te da sorpresas. El normal 4 no aparece mucho en la literatura argentina. Casi diré nada. David Viñas lo menciona al pasar en su cuento sobre Buenos Aires como “la capital socialista de América Latina.” Debería chequearlo.

Sábado. Como los panfletos y las proclamas de antes, Twitter es el principal insumo de las guerras futuras.