(Columna presentada en CNN Radio y publicada en Infobae) El gobernador reelecto de Córdoba, Juan Schiaretti, se ha transformado, aunque sea por unos días, en el jefe virtual del peronismo, y al mismo tiempo, en el gran elector nacional. De lo que diga y haga en las próximas horas podrá depender, eventualmente, la suerte del presidente Mauricio Macri, de la ex presidente Cristina Kirchner, de Sergio Massa, de Juan Manuel Urtubey, y de todos los que van colgados detrás de una candidatura o de otra.

Para que nadie piense que se trata de una exageración, analicemos las distintas hipótesis. Hipótesis uno: Schiaretti acepta la pretensión de Lavagna, lo unge a dedo como el mejor y único candidato de Alternativa Federal, y le da todo su apoyo de cara a la primera vuelta. Eso no solo sería una mala noticia para Sergio Massa, quien, junto a Manuel Urtubey, Miguel Angel Pichetto y el propio Schiaretti, acordaron, apenas se conformó el espacio, que la manera de dirimir quien sería el candidato a presidente sería en las Primarias Abiertas y Simultáneas.

También sería esta una mala noticia para Macri, porque las encuestas hoy demuestran que Lavagna es el postulante que le podría quitar más votos al Presidente y eventualmente hacerlo perder, en las PASO, frente a Cristina, con una diferencia de entre 3 y 5 puntos. Cerca de Massa sostienen que eso no va a suceder. Que el gobernador de Córdoba ya se pronunció más de una vez a favor de dirimir al candidato de Alternativa Federal en las PASO. Y que faltar a su palabra sería como malgastar en unas horas el capital político que viene construyendo durante años.

Hipótesis número dos: que Schiaretti no solo pida unas PASO para Alternativa Federal, sino que las amplíe e incluya a la misma Cristina Fernández, con el objetivo de unir al peronismo y ganarle a Macri en primera vuelta o en segunda, pero ganarle al fin. Según fuentes cercanas a Schiaretti, eso tampoco podría ni debería suceder: parece que "El Gringo" ya sabe que en una buena parte de la Argentina, y especialmente en Córdoba, todo lo que huela al perfume de Cristina es repelido por una inmensa cantidad de votantes. "En vez de agrandar la oferta los achicaríamos y nos radicalizaríamos", me dijo una fuente cercana.

Al mismo tiempo, la fuente pidió que le prestáramos atención a las palabras de Schiaretti reivindicándose como parte de un peronismo democrático, republicano y sin vocación de llevarse el mundo por delante. "El Gringo no va a mover un dedo para que Cristina vuelva a ser presidente. Ella se portó con Córdoba mil veces peor que Macri. Y no hay nada que nos indique no va a regresar con espíritu de venganza. Primero, contra los propios peronistas", me explicó la misma persona cercana al gobernador.

La tercera hipótesis sería insistir con las PASO para Alternativa Federal e invitar a Lavagna a que se presente. "Eso sería lo más republicano y democrático, gane o pierda frente a Massa o Urtubey", precisó alguien que conoce al gobernador que acaba de obtener el casi el 54 por ciento de los votos, con una diferencia sobre el segundo, Mario Negri, de más 36 puntos.

A pesar de todo, Schiaretti no podrá imponer su criterio solo. Lo deberá poner a consideración de los demás gobernadores peronistas, quienes están repartidos en tres posturas diferentes. La semana que viene se realizará una cumbre que debería dejar las cosas un poco más en claro. Iba a ser en Entre Ríos o en Santiago del Estero. Pero parece que se celebrará en Córdoba, nomás. Fue por expreso pedido de la estrella del momento, Juan Schiaretti.