(Columna publicada en Diario El Cronista Comercial) Ayer, en La Cornisa, el presidente Mauricio Macri fue lapidario contra Cristóbal López, Hugo Moyano y Daniel Scioli también. A López, para que no quedaran dudas después del vergonzoso fallo que no sólo lo puso en libertad, sino también bajó la carátula de evasión fraudulenta a evasión fiscal simple, lo llamó malversador de fondos y delincuente.
Explicó a cientos de miles de argentinos que lo estaban viendo por televisión que lo que había hecho el ex rey del juego fue quedarse con dinero del Estado que no era de él, y luego usarlo para comprar otras empresas. Entre ellas, medios de comunicación. Medios que intentó usar como un seguro de protección contra sus enemigos.
El Presidente fue más allá. Negó que hubiera dos posturas dentro de la administración. Aclaró que era una sola y que la representaba él. Afirmó que consistía en intentar cobrar hasta el último peso que el Grupo Indalo le debe al Estado, y que la AFIP no va a detenerse hasta lograr, aunque sea, cobrar parte de lo apropiado.
Por cierto: empezaron siendo $ 8000 millones, y ahora, con las multas y los punitorios, ascenderían a $ 17.000 millones. Cristóbal había salido a decir, en la puerta de su casa, un tanto desaforado, ante las cámaras de la señal A 24, que todo lo que olía a Cristina tenía que ir a la cárcel. Y que él no había sido detenido, sino secuestrado. También negó que, en su momento, le hubiera hecho llegar una carta al Presidente, pidiéndole ayuda y amenazando con el hecho de que si no la lograba, más de 15.000 empleados iban a quedar en la calle. Bien. Ayer Macri, en La Cornisa, lo trató poco menos que de mentiroso. No sólo reveló que la carta existió. También dio detalles sobre su contenido. Y remató diciendo que había que cuidar los puestos de trabajo dentro del Grupo Indalo.
El Presidente se ocupó en aclarar que el supuesto vínculo interesado entre Ignacio Rosner, el hombre que puso Cristóbal para salir del atolladero, y el próximo responsable de la AFIP, Leandro Cuccioli, eran sólo "versiones trasnochadas". Tampoco se olvidó de usar palabras muy cariñosas para con el saliente titular de la Administración Federal de Ingresos Públicos, Alberto Abad. "Terminó siendo como un nuevo tío para mí. Una persona honesta y de mucho carácter que me dio la vida".
Pero Macri no se detuvo allí. También la emprendió contra Scioli y Moyano. Al ex candidato a presidente le mandó a decir, palabra más, palabra menos, que si el fiscal Álvaro Garganta lo acusó, le pidió indagatoria, y le solicitó su desafuero, lo que tiene que hacer es comparecer ante la Justicia, como lo hizo él, en el marco del caso de los Panamá Papers. También dio a entender que si la jueza de la causa hace lugar al pedido de desafuero el bloque de Cambiemos podría hacer lo mismo que hizo con Julio De Vido. Es decir: alentar su pedido y someterlo a consideración del cuerpo.
Y con Hugo Moyano, está claro, se rompieron todos los puentes. Porque lo puso dentro de ese grupo virtual de 563 o 582 argentinos que, según él, si se los pusiera en una nave espacial y se los mandara lejos de la Tierra, a la Argentina le iría mucho mejor, porque los considera gente que se la pasa poniendo palos en la rueda. Ayer también Macri habló por primera vez de los cantitos de la cancha que se dedicaron a insultar a su madre, los afiches en Bahía Blanca con una foto de él, una mancha de sangre sobre su cabeza y la leyenda "haga patria. Mate un chorro" y las descalificaciones de Cristina Kirchner en las escuchas emitidas por radioberlin.com.ar y A24, en la que afirma: "Macri es un mafioso protegido por los medios" y su esposa, Juliana Awada "una estúpida ilustre".
Sobre el autor del afiche: "Qué le habrá pasado en la vida, para llegar a acumular tanto odio". Sobre el cantito: "Me pareció creativo y gracioso, pero no dejo de pensar que hay algo de política detrás de eso". Y sobre las descalificaciones de la ex presidenta: "Cristina y Néstor siempre arengaron el resentimiento". A lo largo de casi una hora de conversación el jefe de Estado blanqueó su deseo de volver a postularse como candidato a Presidente de la Nación. Aunque dijo que no quería hablar del tema de la reelección, afirmó: "Tengo un compromiso con los argentinos. Si ellos creen que tengo que seguir lo haré".
Cuando promediaba la conversación, el Presidente defendió su política económica con vehemencia, volvió a ratificar que "lo peor ya pasó" y defendió los aumentos de tarifas. Dijo: "Argentina era uno de los países más ricos y hoy tiene casi un tercio de su población en la pobreza. Hace casi siete trimestres que estamos creciendo. Estuvimos al borde de parecernos a Venezuela. Hoy estamos creciendo, ¿cómo no voy a decir que lo peor ya pasó? Argentina arrastra un montón de daños acumulados y de eso no se sale en dos años. Si seguíamos sin pagar los servicios públicos adecuadamente íbamos a tener muchos más cortes. Si ven la factura y se enojan, piensen que es lo mismo que paga un uruguayo o un chileno. No hay otra manera, si no tenemos energía no vamos a crecer".
Criticó a los economistas que le cuestionan su política económica gradualista y le piden al mismo tiempo, que baje la inflación, que no se siga endeudando y que haga crecer la economía bajando los impuestos y sin hacer ningún ajuste. "Un país no es un tablero de control. No se digita con una perilla. Hay que mirar la tendencia, ellos habían incubado inflación. Eso se los digo a quienes dicen que hacemos kirchnerismo con buenos modales".
Macri aceptó que se equivocó sobre la velocidad de algunos cambios: "Pensé que íbamos a bajar más rápido la inflación". Y volvió a poner el foco en la pobreza: ""Quiero ser evaluado por si puedo reducir la pobreza". Además dio por terminado el entredicho con los empresarios. "Si ellos bajan los precios la gente puede vivir mejor". Y pronosticó: "Vamos a llegar a un dígito de inflación". Al final el Presidente defendió al ministro de Hacienda Nicolás Dujovne y otros altos funcionarios, quienes decidieron colocar sus ahorros en el exterior. "Si ellos traen sus inversiones acá después van a decir que lo hicieron por beneficio propio. Por primera vez después de mucho tiempo, personas que tenían mucho para perder vinieron a ayudar", interpretó.
También se refirió a la presunta omisiòn maliciosa de la declaración jurada de Luis Caputo ante la Oficina Anticorrupciòn y la AFIP. "De Caputo o cualquiera que se demuestre que cometió un delito, será apartado del gobierno". Pero al mismo tiempo, advirtió: "El kirchnerismo quiere comparar los bolsos de López con Luis Caputo.
Al referirse a su decisión de habilitar en el Parlamento el derecho al aborto, recordó: "Yo estoy a favor de la vida, pero espero que se dé un debate rico y democrático". Enseguida, al hablar de sus proyectos de equiparación de género admitió: "Sí. Soy un feminista tardío. Por eso ahora creo que no es justo que una mujer gane menos que el hombre en una misma posición y con igual responsabilidad". Macri dijo no estar arrepentido por haber llamado héroe al policía Luis Chocobar y pidió a quienes calificaron de asesinos a los gendarmes que participaron del caso de Santiago Maldonado que le pidan disculpas, por lo menos, a ellos y sus familiares. El Presidente también confirmó que apoyará la reelección de Maria Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta en la provincia y en La Ciudad, respectivamente. Al final, en el marco del mundial de fútbol de junio de este año, en Rusia, Macri pidió a los argentinos que valoren a Lionel Messi .