La Política

(Columna publicada en Diario El Cronista Comercial) Todavía faltan cuatro días para que empiece el segundo semestre. Sin embargo la enorme expectativa que generó su advenimiento ya lo transformó en un boomerang que podría afectar al gobierno en general y al presidente Mauricio Macri en particular. "Nunca dijimos que en el segundo semestre de este año la Argentina se transformaría en Disneylandia", se atajó el viernes pasado, por radio, el ministro del Interior Rogelio Frigerio. Y tiene razón.

(Columna publicada en Diario La Nación) La ex presidenta Cristina Fernández parece haber instruido a su ejército de incondicionales para repetir el mismo discurso, con algunas variantes. La bajada de línea podría sintetizarse así: José López nos da asco y nos repugna; el triple crimen de Ibar Pérez Corradi es un asunto policial antes que político; Aníbal Fernández ya no es más jefe de Gabinete, pero el narcotráfico sigue siendo uno de los grandes problemas de la Argentina, ¿por qué no discutimos cómo neutralizarlo? O también dicen: lo que pasó, pasó, entonces hablemos mejor del hambre y de la pobreza que está generando el gobierno de Mauricio Macri.

(Columna publicada en Diario El Cronista Comercial) ¿Por qué ahora la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) que conducen Gustavo Arribas y Silvia Majdalani pudieron atrapar al presunto autor intelectual del triple crimen de General Rodríguez, Ibar Pérez Corradi y el gobierno anterior ni siquiera lo intentó? ¿Por qué ahora los fiscales y jueces federales tardan cinco minutos en imputar, procesar y capturar a exfuncionarios públicos que gozaron de impunidad hasta diciembre del año pasado?

(Columna publicada en Diario La Nación) José Francisco López es Néstor Kirchner. López es Cristina Fernández de Kirchner. Todas las puertitas del señor López conducían a Él y después condujeron a Ella. Ya no tienen más argumentos lógicos ni de los otros para negarlo. Ya no pueden desestimar las denuncias afirmando que las formuló una diputada nacional que "no tiene los patitos en fila". Ya no pueden ir a la presentación de un libro de investigación periodística, sin haberlo leído, para sugerir que el autor no tenía evidencias. Ya no pueden decir que lo de Leonardo Fariña era ficción ni que el video con Martín Báez, Daniel Pérez Gadín y Fabián Rossi contando plata fue obra de algún servicio de inteligencia para dañar al cristinismo.

(Columna publicada en Diario El Cronista Comercial) Jorge Fernández Díaz, el periodista y escritor que acaba de ser designado, por unanimidad, miembro de número de la Academia Argentina de Letras, tiene razón: la Argentina es un país bastante extraño. De repente, artistas de variedades, actrices, conductores de televisión y penalistas hablan de asuntos complejos de política económica como si estuvieran discutiendo sobre tácticas de fútbol. Lejos de mostrar una mínima curiosidad por los datos estadísticos o la simple lectura a conciencia de los diarios, enseguida se suben al enorme colectivo de la demagogia y tiran títulos junto a adjetivos grandilocuentes. Y si a algún invitado se le ocurre pedir la palabra para corregir una información, poner una decisión en contexto o sencillamente aportar una mirada un tanto menos superficial, lo acusan de inmediato de ‘ser’ macrista o kirchnerista, pero difícilmente le permitan terminar una idea más o menos en paz.

(Columna publicada en Diario La Nación) Mauricio Macri se siente incómodo con el traje de presidente. No se trata de la incomodidad propia del ejercicio del poder. Al contrario: Macri, al poder, lo disfruta. Y la toma de decisiones, por más graves que parezcan, las vive con naturalidad. No le pesa. Incluso no lo estresa asumir sus consecuencias. De hecho, cuando vetó la denominada "ley antidespidos", lo hizo con convicción. Y hasta con pasión. Y cierta alegría. No con la felicidad cínica de quien, con su determinación, está afectando, y para mal, el destino de millones de personas. Sí con la adrenalina de quien está seguro de que, con el veto, hará mejor a los trabajadores y a las empresas. La verdadera incomodidad de Macri tiene que ver con el protocolo y las obligaciones que impone el rol de jefe del Estado. Y no parece un asunto menor.

Por Luis Majul (Columna publicada en Diario El Cronista Comercial) El Presidente Mauricio Macri no se puede quejar. Si se descuentan su fractura en la costilla y la sorpresiva arritmia producto del estrés que le acaban de detectar, durante los primeros seis meses de gestión no le podría haber ido mejor. Analicemos los principales asuntos.

Por Luis Majul (Columna publicada en Diario La Nación) El presidente Mauricio Macri está recorriendo el camino inverso al que transitaron Néstor Kirchner y Cristina Fernández. Es decir: el de la sospecha hacia la búsqueda de transparencia. Macri creció en el mundo de los negocios y fue testigo privilegiado de las trampas y las ventajas de las que se sirvió su padre, Franco Macri, para levantar un imperio económico que con el tiempo se fue achicando hasta perder la mínima influencia. Los detalles de cómo lo hizo se pueden encontrar en Los dueños de la Argentina, publicado en abril de 1992. Necesitó muchas horas de psicoanálisis para comprender que su padre todavía compite con él. También necesitó mucho dinero para pagar a los abogados por asuntos judiciales en los que Franco lo habría metido sin consultar.

Por Luis Majul (Columna publicada en Diario El Cronista Comercial) El Presidente parece más pragmático que Néstor Kirchner y Cristina Fernández. En economía, en política y en la comunicación también. Además está dispuesto a corregir todo lo que sea necesario. Incluso sus decisiones aparentemente inmodificables, como la determinación de bajar el gasto público de manera considerable.

Por Luis Majul (Columna publicada en Diario La Nación) El rey de la obra pública y el zar del juego se están quedando sin alternativas. Tienen que pagar con la cárcel, y con su patrimonio, por haber violado la ley con la complicidad del gobierno anterior. Vamos por partes. El socio de Néstor Kirchner y Cristina pasa sus peores momentos en el establecimiento penitenciario de Ezeiza. "Recién le cayó la ficha", me dijo uno de los pocos que hablan con Báez y que se considera su amigo. "Se está dando cuenta de que no volverá a recuperar ninguno de los bienes que le están embargando. Además extraña a sus hijos, pero no quiere que lo vayan a visitar. Se niega a que lo vean en esa situación", detalló.