¿Cómo influirá en nuestra vida cotidiana la inteligencia artificial? ¿Cómo cambiará el mercado laboral? ¿Cómo puede llegar a transformar al periodismo? Son preguntas abiertas que aún no tienen respuesta. Por eso y frente a este panorama incierto, lo mejor es aprovechar el día. Aprender a usar todas las nuevas herramientas que ofrece la IA y exprimirlas en todo su potencial. Estamos en el momento de la transformación. Somos parte y seremos protagonistas. Por lo tanto tenemos que estar atentos y preparados. Pero en ese recorrido tan intenso y vertiginoso, también es bueno parar y pensar. A continuación algunas anotaciones para reflexionar un poco más sobre el escenario que se avecina para el periodismo y para toda la sociedad.

Tres sobre el periodismo en perspectiva

Periodistas que saben de IA: a un especialista español en medios y periodismo, Miquel Pellicer, hace algunas semanas le preguntaron sobre la posible reducción de puestos de trabajo en el periodismo frente a la implementación de la inteligencia artificial. La respuesta del experto fue interesante: reconoció que la IA generará cambios relevantes, pero que no necesariamente significará reducción de puestos. Aunque fue categórico en un punto: los periodistas que tendrán trabajo serán aquellos que sepan usar la inteligencia artificial.

Empresario optimista: en la misma línea, pero extendida a todo el mercado laboral, se expresó el exitoso informático argentino Martín Migoya. El titular del unicornio Globant tiene una mirada positiva y cree que la IA ha llegado para ampliar las posibilidades de los seres humanos. Porque según analizó, aunque la inteligencia artificial pueda entender, nunca llegará a ser competente como un ser humano. Y agregó que la IA permitirá que las personas dediquen más tiempo a crear ideas que a ejecutarlas. Para revertir el modelo de 20 por ciento en ideas y 80 por ciento en ejecución.

Según Migoya, el planteo será al revés gracias a la inteligencia artificial: 80 por ciento para pensar y 20 por ciento para ejecutar. "La IA tiene el poder de mejorar las capacidades humanas y potenciar el trabajo diario", concluyó acerca de su mirada luminosa.

El buen periodismo: la referente del periodismo narrativo en español, la argentina Leila Guerriero, expuso una reflexión que abona a la teoría del empresario Migoya, pero aplicada a la escritura periodística. Ella dice: "el buen periodismo lo seguiremos haciendo las personas", por mucho tiempo. Incluso con el avance de la inteligencia artificial generativa: "O eso quiero pensar", aclara.

Y creo que no se equivoca. Ningún robot nunca será capaz de estar en el lugar de los hechos, y generar empatía con las víctimas de una problemática. Como decía el gran Osvaldo Bayer, "hacer periodismo es salir a la calle y contar". Y remarcaba que en la tarea, lo central es "saber escuchar".

No queda otra que coincidir con la talentosa Guerriero y con el gran Osvaldo Bayer, que ya no está. Porque más pronto que tarde, solo quedará el buen periodismo y los contenidos periodísticos repetidos y mejorados por inteligencia artificial, que aunque aspiren a serlo, nunca serán periodismo.

Robots con IA: ya están listos

Robots humanoides que nos hablan: con relación a la tarea de escuchar, esencial en el periodismo pero también en cualquier acción humana de contacto con otras personas, se avecinan nuevos jugadores. Es muy posible que en algún tiempo se multipliquen los robots (humanoides) con IA que estén allí afuera para escuchar y dialogar con humanos.

Para adelantarnos a ese mundo, hace algunos días en Ginebra (en un foro de Inteligencia Artificial) se desarrolló una conferencia de prensa en la que preguntaban humanos pero respondían robots. Parece raro, pero así fue. Y un robot llamado Ameca, con rostro y expresiones faciales muy realistas, decía: "Los robots como yo pueden usarse para ayudar a mejorar nuestras vidas y hacer del mundo un lugar mejor. Creo que falta poco para que veamos a miles haciendo la diferencia".

Es lo que se viene. En ese mundo inundado de inteligencia artificial, el cerebro humano con su capacidad de crear, idear y empatizar con otros, marcará la diferencia. Para hacer buen periodismo o un buen trabajo.

Ubicarnos para sobrevivir

Cerebro en acción: para terminar, otra reflexión sobre el cerebro. La inteligencia artificial y los robots avanzan. Y nos liberarán de infinidad de tareas tediosas. Pero no olvidemos que nuestro cerebro está allí arriba para ser usado en su máximo potencial. Ese sofisticado órgano nos ha permitido crecer y sobrevivir desde que vivíamos en las cavernas. Que la IA facilite tareas no significa que debamos dejar todo o casi todo en sus manos. Porque puede ser una verdadera trampa mortal. Hay tareas, que aunque son más simples con la IA, es necesario que las hagamos solos y de manera autónoma.

Un ejemplo lo ofrece Google Maps. Me acostumbré a usarlo para ir en auto, incluso a lugares que conozco. Lo uso porque la aplicación me ofrece caminos más rápidos y con menos tráfico. De esa manera me dejo llevar por las indicaciones de esa voz femenina con acento castizo, y yo solo soy me dedico a manejar. ¿Y eso tiene algo de de malo? Puede ser que sí. Especialistas en el tema explicaron que el cerebro humano que deja de utilizar su sistema de ubicación para delinear recorridos, ir o venir, comienza a perder su capacidad para ubicarse y lograr buenos caminos. Y así, el Google Maps, más que ayudar a ganar tiempo, solo nos haría perder de manera progresiva nuestra capacidad natural para ubicarnos y encontrar los senderos correctos.

Un tema más para pensar y analizar del mundo al que vamos. Que será con robots, con inteligencia artificial, y con los seres humanos que logremos ser. Allá nos encontramos.

Escrito por Sebastián Di Domenica