El mundo en las últimas semanas ha seguido el mundial de fútbol, y en paralelo fue observador del país que fue sede, Qatar. A nivel futbolístico, la selección argentina tuvo una actuación magnífica. Fueron merecidos ganadores de la copa con un desempeño histórico e inigualable. Sin embargo, y más allá de la cuestión fútbol, hay otros temas para analizar y evaluar al cierre del megaevento. ¿Qué análisis se puede realizar del cuidado del medio ambiente en el contexto de la organización?

La FIFA había promocionado un mundial "neutro en carbono" o de baja emisión. Sin embargo muchas organizaciones ambientalistas señalaron que eso fue solo una campaña publicitaria, y que Qatar 2022 será considerado uno de los mundiales más contaminantes de la historia.

El informe oficial de la FIFA afirmaba que el Mundial suponía la emisión de 3,6 megatoneladas de dióxido de carbono.

El Mundial de Rusia de 2018 emitió 2,1 megatoneladas de CO2; el de Brasil de 2014, unas 2,7; y el de Sudáfrica de 2010, 1,6. Tal como se indica, la cifra oficial es muy alta y está muy por encima de las expuestas en las anteriores ediciones de la copa. Pero hay más. Porque a esa información se debe sumar un informe de la Carbon Market Watch que rechazó los datos oficiales y afirmó que solo la huella generada por los estadios multiplica por ocho la cifra oficial.

Además se informó que se utilizará un mecanismo de compensación para contrarrestar las emisiones, que consiste en la compra de créditos de carbono, y que pueden consistir en diversas acciones de protección del medio ambiente, como por ejemplo de gestión forestal.

En el desierto

Las razones de las tan altas emisiones en Doha y Qatar responden a varios factores: los viajes en avión que se han realizado hasta allí (que han generado mucha huella de carbono por las distancias), y también la construcción de inmensas infraestructuras y alojamientos en una zona de altísimas temperaturas.

A su vez toda la organización del megaevento que obligó a un gran desgaste de recursos y energía.

Por poner un ejemplo se utilizaron 10.000 litros diarios de agua para regar los campos de fútbol, y se hizo un verdadero derroche de energía para la climatización de los estadios, que presentaban una temperatura de 20 grados, frente a los 35 de la temperatura ambiente.

La construcción de una línea de subte para que los asistentes a los partidos se movilicen fue una de las medidas más acertadas, ya que redujo la utilización  intensiva de autos y colectivos. Sin embargo es casi un detalle ante tanto despliegue en el país con más emisiones per cápita del mundo.

Porque hay que tener en cuenta que Doha expone muchas características de las ciudades poco amigables con el medio ambiente: construcciones (rascacielos) muy pesados, con un uso intensivo de energía (para climatizar), uso excesivo de autos individuales, y un estilo de vida no adaptado al entorno desértico. Sin dudas, acciones muy lejanas a las ideales para proteger el planeta.

Ciudad de rascacielos

Tal como se vio en las transmisiones televisivas del mundial, Qatar ofrece una impactante postal de megatorres ultramodernas. ¿Pero ese es el tipo de arquitectura ideal para la geografía y el clima del lugar?

Las construcciones adecuadas y adaptadas al entorno desértico deberían ser sostenibles, resistentes al calor y a la sequedad, y diseñadas de manera que  permitan aprovechar al máximo el agua y las condiciones climáticas y ambientales de este tipo de entorno.

En esa línea van las casas en forma de domo que pueden ser una opción interesante en zonas desérticas debido a su forma redonda, y ya que permiten una mejor distribución del calor y una mayor resistencia al viento.

Muchos seguidores de la saga Star Wars seguramente recordarán aquella casita redonda en la que vivía uno de los personajes protagónicos de la película, Luke. Un domo en el medio del desierto adaptado a las condiciones de un entorno crudo.

Del domo a las megatorres hay una distancia abismal, que va del planteo totalmente sustentable a todo lo contrario. Entonces cabe preguntar: ¿es viable a nivel ambiental el modelo de Doha? ¿O requeriría de una adaptación a estos tiempos?

Sin llegar a la generalización de los domos, sin dudas Doha, al igual que todas las grandes ciudades del mundo, requieren de un replanteo para adaptarse a las necesidades del planeta de cara al progresivo y alarmante cambio climático.

Escrito por Sebastián Di Domenica