HiperEntrevistas

Hace justo dos semanas se estrenó en los cines la película "Un crimen argentino" del director Lucas Combina, que está basada en una novela del periodista Reynaldo Sietecase, sobre un hecho criminal ocurrido durante la dictadura. La película es muy recomendable por muchos motivos. En primer lugar porque es un thriller muy bien contado, entretenido y dinámico, que nos traslada al Rosario de los inicios de los 80 con una perfecta ambientación de época.

Está siempre allí, a la vista de todos, la mayoría de las noches de nuestras vidas. Y aunque está más lejos en distancia que cualquier otro rincón de nuestro planeta, está más presente que nada en el mundo, y es la testigo exclusiva de todos los actos nocturnos de los seres humanos. Es la luna, por supuesto. El satélite natural del planeta Tierra, cuya fuerza de gravedad impacta en el movimiento de los océanos, y por lo tanto en el curso de toda la vida.

El término "uberizado" se generalizó en Argentina y el mundo y es la palabra que intenta describir a aquellos trabajadores, que realizan los servicios que ofrecen las empresas tecnológicas o aplicaciones tipo Uber o de delivery. Fue justamente la aplicación Uber una de las primeras que se hizo famosa a nivel mundial, y que llevó a miles de particulares a transformar su auto en una opción de movilidad, a través y según las pautas impuestas por esa aplicación.

Una serie española que se puede ver en Netflix, y que se llama Intimidad, invita a pensar y reflexionar sobre la privacidad en los tiempos que corren y que nos tocan vivir. ¿Hemos perdido nuestra privacidad para siempre? ¿Ya no existe ningún lugar en el que podamos estar realmente solos? ¿Qué perdimos al entregar ese valor único de la soledad y la protección de nuestros actos? ¿Cómo podemos defender nuestros derechos? Son algunas de las preguntas que surgen mientras uno mira la mencionada ficción y que yo me hago al mirar con desconfianza mi celular.

En las películas y en la literatura de ciencia ficción de hace 30 o 40 años se describía al mundo por venir del siglo XXI con una gran presencia de robots, y con seres humanos que en lo cotidiano comparten tareas con máquinas humanoides. Aquellas obras no acertaron en esa proyección; porque esa realidad aún no ha llegado en el 2022. En países como Japón o en determinadas ciudades de China ya hay gran presencia robótica en innumerables tareas de servicios o de producción; pero todavía es un hecho aislado que no se ha extendido a todo el mundo (aunque en algunos años seguramente sí se extenderá).

Alexis Picón Güell es el cofundador y director de producto de la aplicación Ualabee. Una iniciativa tecnológica que nació en 2019 en Córdoba con fondos públicos y privados de aquella provincia, y que ya se extendió por todo el país, y también por otros países de América Latina.

Me aburre escuchar a aquellos que hablan del fin del periodismo. Y también a los que señalan que los más jóvenes ya no serán consumidores de noticias y de medios como lo fueron las generaciones pasadas. El periodismo no se murió ni se morirá. Y es así porque es una actividad necesaria para la sociedad. Y a su vez porque aún hoy es un gran entretenimiento. Así lo han entendido los adultos en décadas pasadas y así lo hacen los más jóvenes en éstos días. Todos buscamos información porque queremos saber de nuestro universo cercano y lejano, y porque conocer más suele ser una actividad placentera.

 

Ya está disponible en Netflix (subtitulada en español de manera incompleta) la serie "Servidor del pueblo". Son tres las temporadas (2017-2019) de la comedia de la televisión ucraniana que tiene como protagonista a Volodimir Zelensky, el actual presidente ucraniano, y quien desde el inicio de la invasión rusa a ese país se ha convertido en una figura de relevancia en la política internacional.

Joaquín Sánchez Mariño es un periodista de 34 años, que luego de trabajar varios años en el periodismo escrito, ha comenzado a desarrollar coberturas audiovisuales según las reglas del mundo digital. Así logró sumarle a sus textos, videos para Instagram o hilos para Twitter, y a su vez un recorrido por las redes sociales que solo podía lograr con propuestas de esas características.

Adiós al gran Tom Lupo. Me queda el mejor recuerdo de aquellas tardes-noches radiales que compartimos. Fue en el año 2000 cuando fui columnista de su programa en Feeling 100.7. El director de la radio (a quien le llevé una idea y me llamó) me había pedido una columna semanal de tecnología y cultura digital para su horario. Pero a Tom no le interesaba mucho la temática, entonces en mi espacio hablábamos de cualquier tema, menos de tecnología: actualidad, cultura, política, música y a veces un poquito de lo digital.