Dijeron que iban a venir por nuestras tierras. Dijeron que iban a venir por nuestra agua, pues el agua potable se está agotando en el mundo y aquí tenemos agua potable hasta para regar la vereda. Dijeron que iban a venir por el aire que respiramos, por nuestra flora y por nuestra fauna. Dijeron que iban a venir por nuestro futuro. Por nuestras empresas del estado. Todo eso nos dijeron. Pero nadie nos dijo antes que, en una de esas, vendrían por nuestro iris.

Estábamos preparados para que vinieran por nuestra sangre, por nuestras esposas, por nuestras estrellas de fútbol. Pero ¿el iris? ¿Para qué necesitan nuestro iris? Meses atrás se lanzó una campaña donde una empresa de criptomonedas pagaba a la gente por dejarse escanear su iris. Cada vez que convocaba, la gente se agolpaba a recibir sus criptomonedas a cambio de un, en apariencia, inofensivo escaneo de ojo. ¿Pero eso era todo? La compañía en cuestión Worldcoin que inició esta campaña de recolección de iris a nivel mundial es, para que se haga una idea, la misma que concibió el chat GPT. Así que, imagínense. No van a andar regalando dinero por ahí si nuestro iris no fuera de vital importancia para ellos. Y para el futuro de la humanidad. 

La empresa ya reunió más de dos millones de personas en todo el mundo que se han entregado a escanear su iris como quien da una monedita y se sintieron los más inteligentes del planeta obteniendo criptomonedas a cambio de algo tan inofensivo como dejarse escanear el ojo. Pero claro: lo que parece chaucha y palito esconde, a nivel global, un plan de dimensiones difíciles de medir excepto que uno sea un conspiranoico. 

Por lo pronto, hoy en varios países Worldcoin está denunciada por una propuesta poco clara de intercambio. Y además por acceder a información vital y sensible de todos nosotros. Dicen que si uno tiene algo para reclamarles tendrá que llevar su juico a la sede de dicha empresa en Islas Caimán. En fin: nos usan de conejillos indias y nosotros pensamos que hicimos el negocio de nuestra vida.

Primero vienen por nuestro iris. Y luego, ¿qué será? ¿Querrán nuestra dentadura, nuestro líquido seminal, vendrán por nuestras vísceras? ¿Qué más pretenderán de nosotros? Si nos presionan, le daremos todo, reservas del agua, iris de la población entera, y lo que pidan siempre y cuando nos den de sus criptomonedas. Y claro, todo excepto el féretro del intocable General San Martín y, obvio el del Diego –bueno, al menos dejen el sable y un par de botines de recuerdo-. Lo demás, todo se negocia. Escuchamos ofertas.