LUEGO DE LAS FOTOS DE MIAMI
Jodete Bolocco

En MiamiPor: Osvaldo Bazán. Bolocco, pobre Bolocco, está que llora, que no aguanta más lo que han hecho con su vida, su pobre reputación paseada por el fango por un quítame allí esas fotos que el paparazi chileno le sacó mientras aplacaba los calores de un Miami que es un quemo, con un tano que ganó todos los campeonatos de macho latino;  las fotos más divertidas de una temporada demasiado triste.

Entonces se habla del derecho a la privacidad y que todos somos iguales ante la ley, y que nadie tiene derecho a meterse ahí donde siempre sos invitado.

¿Qué es Bolocco, más que una ascendente figura que se agarró de lo que pudo para permanecer en el ojo público durante años, sin mayores virtudes que una buena figura? ¿La vieron como periodista?¿La vieron como conductora?¿Alguien encontró algo interesante ahí? ¿Qué idea del mundo nos dio?¿Qué alegría nos dejó?¿Qué hizo por nosotros para exigir tanta atención?

Bueno, Bolocco usó a los medios a lo largo de su incierta vida (incierta por el tiempo que ha transcurrido desde que nació hasta ahora) para hacernos creer que es importante para los demás. Que lo que le pasa es importante para los demás. Usó a los medios para seducir a Serrat, a Fujimori, a Menem. Usó a los medios para mostrar su belleza como Miss Mundo, para hacer furcios en CNN (después dicen que acá meten a modelitos a conducir programas, como si la casa central de Atlanta no hiciera lo mismo), usó a los medios cada vez que pudo en su vida privada que nunca dejó de ser pública. Invitó a los periodistas a su casamiento, nos mostró la impudicia del beso en la mejilla al Cal-los, nos enrostró embarazo, parto y hasta se sintió ninguneada cuando vino al programa de Maradona por Diego Maradona y Joaquín Sabina, entre otras cosas, porque no entendió los chistes y no le dieron el lugar de estrella que cree merecer.

En fin, Bolocco ahora exige aquello que nunca le interesó. Respeto por su vida privada. Y los periodistas somos verdugos de una intimidad que siempre estuvo ahí para entretenimiento de las masas. ¿Son más impúdicas las fotos berretitas con su amante italiano, que las que se sacó con las pieles con la bandera argentina para la tapa de Para Ti?

A mí no me importa nada la vida privada de la Bolocco pero menos aún me importa defender su derecho a la intimidad. Eso que dicen que dijo Voltaire “estoy en contra de tu idea pero daría mi vida para que puedas decirla”, me parece bastante hipócrita. ¿Por qué voy a dar mi vida para que vos me hagas campaña en contra? Seamos sinceros: dala vos a tu vida y como bonus te saco de encima. No me gustan los metiches en la vida privada de la gente, pero no gasto energía en defender el derecho a la intimidad de gente que nunca se interesó por defender su intimidad. Hipócrita, ¿ahora llorás?

Hacete cargo Bolocco, alimentaste durante treinta años un interés pueril y frívolo por tu persona. Les dijiste a millones de seres que se fijaran en vos (no en tu trabajo, en tu obra: en vos, en tu vida) ¿Ahora te molesta que te miren? ¿Y quién te mandó?

Con todo el respeto que el derecho a la intimidad de cualquier ser humano merece, jodete Bolocco.

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