DETRÁS DE LAS CÁMARAS
¿Para ser productor de TV hay que ser bruto?

Yo, Matías de SendraPor: Osvaldo Bazán. “¿Qué es Sendra?”, preguntó el productor. Tenía que buscar datos sobre el invitado, nada más y nada menos que el padre de “Yo, Matías”, y él nunca había oído hablar de “eso”. Sendra. Un tipo leído por cientos de miles de argentinos cada día, en la contratapa de Clarín. ¿Se entiende?

No estamos hablando del último descubrimiento de alguna colección de Anagrama. No estamos hablando de un poeta senegalés no traducido al castellano. No estamos hablando de un ensayista no editado en Argentina del que apenas se habla en un curso perdido en el Rojas.

No.

Sendra, autor de “Yo, Matías”.

El que todos los días hace un cuadrito en los Clasificados de Clarín, el material de lectura más difundido del país.

El productor de televisión, con años en el medio, que ha pasado por todo tipo de programas pregunta: “Che, ¿qué es Sendra?”.

Está considerado un excelente profesional.

Y lo que es peor, lo es.

Para esta televisión, es un excelente profesional. Sabe claramente qué dijo Luis Vadalá sobre Nino Dolce en el confesionario de Gran Hermano. Sabe claramente el nombre de cada soñador de Bailando por un Sueño.

Lo que no sabe es lo que no sale en televisión.

Un esforzado difusor de música poco comercial quería ver qué posibilidades de difusión tenía un disco de tango, con temas escritos por Pablo Marchetti, a la sazón, uno de los directores de la revista Barcelona.

Llamó a una reconocidísima profesional de la televisión, una de esas productoras que conoce a todo el mundo en todos los canales, y para hacerle el entre, dando por descontada la respuesta afirmativa, como para empezar a hablar del asunto, preguntó: “Bueno, viste la revista Barcelona...”. Del otro lado de la línea de teléfono, silencio. “¿Qué revista?... No, no la conozco”. El difusor directamente decidió que no daba para más. En televisión tiene muchísimas más, infinitas más posibilidades de difusión el nuevo disco no grabado aún de Wanda Nara (esa chica que se hizo famosa por decir que era lo que todos sabíamos que no era, virgen) que algún artista que trabaje seriamente, que haya estudiado y que entienda qué está haciendo. 

El productor de uno de los pocos programas periodísticos que queda en la televisión abierta tenía que escribir el nombre del ministro de Salud de la Nación. “Che ¿cómo se llama Ginés González García?”, preguntó. Recibió como respuesta, claro: “Ginés González García”. “Ah, claro, pero el nombre del tipo, ¿cómo es?”. Sigue siendo productor de uno de los pocos programas periodísticos que queda en la televisión abierta.

Hoy un productor de televisión tiene que ser bruto, sino no es funcional a su trabajo.

Algún comentarista podrá decir que yo me debería callar la boca porque vivo de esa misma televisión. Antes que lo digan, creo que no. Que estar ahí adentro me sirve para conocer estas cosas. Y que mi función es contarlas. O no, no sé, pero si no lo comparto exploto. La televisión trabaja con gente que cobra mal, que no lee otra cosa que no sean las planillas de rating y que cree que alguien a quien “no le importa nada”, es un genio. (El elogio que más escucho desde que trabajo en televisión es: “Es un genio, no le importa nada”, y es lo que más me sorprende de este medio).

Antes de que algún productor se enoje, ya sé que hay otros. Que hay gente que lee, que piensa, que crea. Lo terrible, y ellos lo saben y lo padecen, es que eso en general no les sirve para nada en su trabajo televisivo. Mientras tanto, la programación se hace con gente que pregunta: “¿Qué es Sendra?”

No le pidas peras al olmo.

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