CONCLUSIONES NO APRESURADAS LUEGO DE LAS ELECCIONES |
Muchos votos y casi todo el poder |
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El gran ganador fue Néstor Kirchner, porque no sólo leyó bien el hartazgo por las reelecciones que legó la derrota de Rovira en Misiones. También porque mudó de distrito a Scioli para asegurar la victoria en la provincia y así en la primera vuelta, porque tuvo el coraje de bancar y contener a su mujer cuando la mayoría de sus hombres dudaban de la jugada y porque trabajó con dedicación para que se ganara la provincia de Santa Cruz, a pesar del estado de crispación que se vivió en Río Gallegos.
Las polémicas declaraciones del jefe de Gabinete, Alberto Fernández, tienen parte de razón. La Capital Federal es una isla y vota casi siempre distinto de como lo hace el resto del país. No fueron felices sus afirmaciones en las que califica a los porteños, en líneas generales, como soberbios. Sin embargo, lo que dijo de verdad es que seguirá trabajando para convencerlos algún día.
Menos acertadas aún fueron las afirmaciones del Presidente al considerar al de Carrió un “voto gorila”. Tan infelices como las palabras de Carrió al señalar que la victoria de Cristina tenía la "legitimidad segmentada" porque no ganó en Capital Federal, Rosario, La Plata, Mar del Plata, Bahía Blanca y Vicente López, algunos de los centros urbanos con mayor cantidad de población.
La legitimidad política de la victoria de Cristina es indiscutible. Y el resultado final es aplastante. Se trata del jefe de Estado elegido en elecciones libres con mayor poder de toda la historia: tiene mayoría absoluta en Diputados y casi los dos tercios en el Senado, ganó las ocho provincias que se disputaron en esta elección y está sentado sobre la mayor cantidad de dinero que jamás haya tenido el Tesoro como producto del precio de los alimentos que Argentina le vende al mundo.
Y, como si esto fuera poco, se trata de una Presidenta cuyo marido tendrá las manos libres para hacer política y asesorarla día a día, tanto en la distribución del presupuesto diario o hasta en el llamado al dueño de un gran medio para pedir un favor o quejarse.
Es casi la suma del poder público, pero con votos y en el marco de la Constitución Nacional.
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