INTERROGANTES SOBRE EL CASO DE VENTA DE ARMAS |
Las torpezas de Nilda |
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¿Puede un ministro de Defensa jactarse de no saber qué es un arma de guerra y no sufrir las consecuencias? ¿Puede firmar una resolución para exportar repuestos de fusiles nacionales livianos y pesados a un precio más barato que el del kilo de chatarra? ¿Puede hacerlo sin saber para qué se van a usar, y sin chequear la correspondencia entre lo que se dice que se va a vender y lo que finalmente se encuentra en el cargamento? ¿Es posible que esos repuestos vayan a otro país que el declarado? ¿Es probable que las partes pasen a engrosar el impresionante negocio del tráfico de armas?
Nilda Garré no puede ser considerada todavía culpable, pero es evidente que parece torpe, ignorante y negligente. Altos funcionarios del Gobierno ven una mano negra contra las mujeres K, que incluye a Felisa Miceli, Romina Picolotti y Garré. Ellos creen que este ataque de misoginia política apuntaría, en realidad, al corazón de la candidata Cristina Fernández. Que es mujer y que es Kirchner.
Esta investigación intenta separar la paja del trigo.
Nadie es inocente
La ministra fue imputada por el delito de crontrabando agravado de armas. El juez que la encontró prima facie responsable, Guillermo Tiscornia, está sospechado de coimero. La Comisión de Acusación del Consejo de la Magistratura lo empezó a investigar horas después de la imputación a la ministra. Tiscornia puede no ser inocente, pero lo que está haciendo con Garré se ajusta a derecho y es, desde lo técnico, irreprochable. Sería un papelón que los miembros kirchneristas del Consejo apuraran su destitución sólo para evitar la caída de la ministra.
Una bicoca
Tiscornia inició la investigación después de una denuncia realizada e impulsada por María Silvina Tirabassi, subdirectora general de Control Aduanero, en febrero de este año. La funcionaria de la Aduana se sorprendió y mucho cuando comprobó que el cargamento de 6.739 kilogramos de repuestos de FAL y FAP, que Fabricaciones Militares le estaba vendiendo al importador argentino José Luis Díaz , había sido valuado en apenas 2.664 dólares con 45 centavos.
- No puede ser que semejante material, apto para fabricar nuevas armas, valga tres veces menos que el kilo de chatarra- dijo, con lógica de hierro, la funcionaria, en presencia del número uno de la Aduana, Ricardo Etchegaray.
Después comparó el certificado de exportación con el enorme paquete, y comprobó más irregularidades:
-que faltaban 321 unidades de cerrojos
-que 11 cerrojos estaban limados
-que algunos no se podían leer
-que 46 de esos números no estaban autorizados.
Los verdaderos responsables
La compraventa de armas en el mundo tiene regulaciones complejas, y es para evitar que caigan en manos indeseables o que vulneren los tratados entre países.
El ex presidente Carlos Menem fue preso porque lo consideraron responsable de vender armas de manera ilegal a Croacia y Ecuador.
Sobre el Ministerio de Defensa recae la responsabilidad máxima, como delegado del presidente de la Nación, de autorizar la venta de armas al exterior, o de desautorizarla.
Fabricaciones Militares (FM), a su vez, es el único vendedor o exportador legal de la República Argentina. Hace mucho que FM no fabrica armas, pero todavía sigue vendiendo material al exterior.
El misterioso cargamento
El certificado de exportación del polémico cargamento fue sometido a consideración de la Comisión Nacional de Exportaciones Sensitivas y Material Bélico, más conocida como la Comisión 603.
La Comisión 603 está constituida por los siguientes ministerios:
-Defensa.
-Relaciones Exteriores.
-Economía.
Los representantes de los ministerios autorizaron la operación. Después, el expediente pasó a Defensa, que es el último control y la ministra Garré firmó, de puño y letra, la autorización.
Es probable que la funcionaria no sepa lo que es un FAL, no entienda nada de arandelas y todavía mucho más. Lo que es inconcebible es que sus asesores le hayan permitido rubricar semejante documento.
¿Dónde está la platita?
Antes de irse de vacaciones a San Luis, Tiscornia pidió una reunión en carácter de urgente con el embajador de los Estados Unidos, Earl Wayne. Como en la embajada no lo consideran un magistrado prestigioso cambiaron a Wayne por un funcionario de segunda línea, que lo recibió el viernes pasado.
De allí Tiscornia se fue con el protocolo de cómo debía pedir la información y con un dato que podría complicar aún más a Garré, y a los demás imputados: el ex interventor de Fabricaciones Militares, Marcelo Bellisi, y el encargado de ventas de la misma dependencia, Arturo Huergo.
El dato indicaría que el certificado de exportación que en la Argentina valuó el cargamento en poco más de 2.600 dólares, en la Aduana de los Estados Unidos habría sido presentado por un valor cercano a los 90 mil dólares.
Esto, aquí y en cualquier parte del mundo, se llama subfacturación.
Era lo mismo que hacían con los caballos de polo del marido de una de las trillizas de oro.
El paquete de repuestos de armas no salió de la Argentina y se encuentra confiscado por la Aduana, a la espera de una orden del juez.
Garré, quien primero se lavó las manos y le echó la culpa a Etchegaray, ahora se siente agradecida. Si ese envío hubiese llegado a destino, su situación no sería distinta a la de Menem y los ministros que fueron acusados y detenidos por vender armas de contrabando.
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