NO ME TOQUEN LOS DIARIOS DEL DOMINGO
Periodistas serios que funcionan como voceros del Presidente

Por: Luis Majul. Nunca un Presidente usó tanto a los medios y los periodistas como Néstor Kirchner. Su mecanismo es brutal: los transforma en voceros; habla con ellos para decirles sólo lo que desea  que se publique; elude los temas espinosos y siempre consigue lo que quiere. Por si no quedó claro: los hace funcionar como gacetilleros.

El jefe de Estado ejecuta su movida sin el más mínimo costo, igual que aprovecha el atril para hacer “ autobombo”  o criticar a medios y periodistas sin responder ninguna pregunta incómoda.

La evidencia de este abuso se puede encontrar hoy en la columna de Eduardo van der Kooy, en Clarín, y la nota de Diego Schurman, en Página 12, como podrán leer más adelante.

Tinelli le gana a Kirchner

Acabo de tragarme todas las columnas de opinión. Es uno de los compromisos que asumí al fundar Hipercrítico.com, y me las tengo que aguantar.

Empecé con la de Edi Zunino, para Perfil. La tituló “Tinellicracia”. Edi es, para mí, uno de los columnistas semanales más lúcidos. No tiene la chapa de Eduardo, de Joaquín  Morales Solá o de Horacio Verbitsky, pero su mirada siempre es profunda e inteligente, y nunca deja de aportar información. Hoy, por ejemplo, escribió que, según el experto Jaime Durán Barba, el único que le podría hacer sombra al candidato Kirchner en las presidenciales, o al candidato Daniel Scioli para gobernador de la provincia, se llama Marcelo Hugo Tinelli .

No toquen a Bergoglio

Seguí con la de Joaquín. Su título: “El papel de un cardenal y el milagro de Madrid”. Parece que el  periodista habló esta semana con Jorge Bergoglio. Dedicó gran parte de su artículo a defender al sacerdote. Separó su rol de pastor de la Iglesia. Desmintió que fuera  el gestor de un acuerdo para unir a la oposición contra el kirchnerismo. Además empezó a hablar del milagro en Madrid, porque entiende que el reinicio del diálogo entre Argentina y Uruguay por el conflicto con las pasteras es algo digno de la voluntad de Dios.

Mariano, Gran Hermano, Marcelo y Susana

Lo de Mariano Grondona fue más de lo mismo. Se colgó de la fuerte crítica del secretario de Cultura de La Nación, José Nun, a Gran Hermano. Nun definió a ese programa como “la jibarización del cerebro y del pensamiento humano”. El profesor explicó entonces quiénes eran los jíbaros, pero no dejó en claro su rechazo a este tipo de televisión. Si hubiese ido a fondo, algunos memoriosos le hubiesen recordado el paso de comedia que hace no tanto protagonizó en Showmatch y su sesuda entrevista a Susana Giménez, horas después de su escandalosa separación de Huberto Roviralta.

Hablo de lo que quiero con quien quiero

Desde el principio de la columna de Eduardo, en Clarín, queda claro que se encontró el viernes a la tarde con el Presidente en su despacho de la Casa Rosada. Y también queda claro que Kirchner triunfa en su cometido. Es decir: deja que aparezcan entre comillas sus declaraciones sobre asuntos que lo favorecen, como el crecimiento de la economía y la baja del desempleo.

Sin embargo,  cuando el periodista pretende que le responda sobre asuntos espinosos como el caos que produjo Hugo Moyano en la ciudad después del anuncio de los aumentos de salarios, el Presidente “alza sus hombros”. O cuando Van der kooy intenta profundizar sobre Skanska, el primer caso de corrupción que salpica a esta gestión, las comillas desaparecen, y en su lugar aparecen “funcionarios cercanos a Kirchner” quienes descartan cualquier tipo de responsabilidad del gobierno.

La culpa no es del chancho

Eduardo no tiene la culpa. Él hace lo que tiene que hacer. Pide la entrevista y le saca el mayor provecho. Lo mismo hacen otros, incluido Morales Solá. Y con Joaquín el mecanismo se repite. Sería mejor que Kirchner contestara preguntas y repreguntas, pero jamás lo permitirá, porque sabe que tiene mucho para perder. Sería ideal que convocara, de vez en cuando, a conferencia de prensa. Pero así no obtendría los títulos de tapa que pretende, y la agenda estaría dominada por malas noticias como su postura frente a la huelga de los maestros en Santa Cruz.

No. Al Presidente le conviene que se hable de otros temas, como la supuesta candidatura presidencial de Cristina.

Operación Cristina Presidenta

Yo lo tengo claro: la voy a defender para que sea Presidenta”

Ahora Kirchner habla entre comillas. Esta vez no desde su despacho sino desde arriba del avión que lo trajo desde la isla Margarita a la Argentina. Diego Schurman, el periodista de Página 12 que tituló su crónica “Cristina toma vuelo”, estuvo allí cuando el Presidente anunció, por enésima vez, que la candidata presidencial sería su esposa. Y si no estuvo allí, alguien que escuchó al Presidente, como el vocero Miguel Nuñez, autorizó a Diego a publicar las palabras del jefe de Estado.

Néstor lo hizo de nuevo. Motorizó una “operación” con envoltorio de información. Y Schurman no cometió ningún pecado. ¿Qué periodista o qué medio se negaría a publicar semejante declaración?

El procedimiento parece servir a todos. Pero el principal beneficiario es Kirchner.

Dos experiencias inolvidables

Antes y después de ser elegido Presidente, Kirchner tuvo la amabilidad de recibirme varias veces. Y también de llamar por teléfono para suministrarme información. O para discutir sobre un dato o una opinión que consideraba equivocado o que no compartía.

Ahora mismo, recuerdo cuando apareció en el teléfono desde México, para darme detalles de la reunión que había tenido con Paul Volker. De acuerdo a la versión presidencial, él le había cantado cuatro frescas, cuyo contenido textual no recordaba en ese instante.

Cuando quise chequear el contenido del diálogo con otras fuentes, un ministro me preguntó cómo osaba poner en duda los dichos del Presidente.

El último reportaje que le hice fue para La Cornisa, hace casi tres años. La última pregunta fue sobre el manejo discrecional de los fondos reservados. Entonces él salió del paso con una respuesta de ocasión, me impidió repreguntar, dio por terminada la entrevista, me dio una palmadita en el hombro… y no me atendió más.