EL DESMAYO DE KARINA JELINEK |
Más allá del show |
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Hoy el diario publicó una nota comentando el malestar que el artículo del domingo había provocado en Ideas del Sur (es decir, en Tinelli). Dice el diario: “Ese mismo día, voceros de Ideas del Sur se comunicaron con este diario para puntualizar la diferencia entre el concepto de “vivo” y de “directo”. “Tinelli no miente. Bailando por un sueño se graba en un ‘símil vivo’, como si fuera ‘en vivo’, pero grabado en directo. Lo que pasó con Jelinek fue lo que pasó, tal cual sucedió. Y se vio ‘en vivo’ porque no se edita nada, se graba tal como es”.”
También el diario publicaba una contundente columna de Marcelo Panozzo respondiendo a las críticas de la productora. Dice Panozzo:
“Sobre este punto en particular se podría decir que las enciclopedias de TV hablan (unánimemente) de live television como aquella “televisión que se transmite mientras ocurren los hechos” y que en general la gente entiende “el vivo” como eso mismo: mirando el partido de Boca, los Juegos Olímpicos, el Oscar o los actos del Gobierno y el campo, el cartelito “vivo” en pantalla significa que eso que se ve está sucediendo en el mismo momento."
"Puede ser, de cualquier manera, que en la jerga televisiva (que no es la misma que manejan las millones de personas que ven la tele) “vivo” y “directo” signifiquen cosas sutilmente distintas, y que un conductor, al decir en un programa grabado que está haciendo televisión “en vivo”, no falte a la verdad. De ser así, pido las más sinceras disculpas."
"Puedo equivocarme cuestionando que alguien haya dicho “en vivo” y “queremos llevar tranquilidad a la familia”, así como un conductor puede equivocarse al no detener la grabación ante un accidente, al no ser mínimamente pudoroso ante el dolor ajeno o al explotar el infortunio de alguien. Todos podemos equivocarnos, claro, pero lo bueno es que de los errores se aprende.”
Ahora voy a introducir a este debate mi experiencia y mi opinión.
El 90 % de las emisiones de Duro de domar son en vivo y en directo. De vez en vez, si Petti tiene un compromiso o entrevistamos a alguien que no puede venir el día de las entrevistas, alguna parte o el programa entero se graba. Siempre se trata de simular que el programa no está saliendo en el mismo momento en que se hace: se cuidan las referencias a las fechas o la continuidad de las ropas. No tiene sentido entrar en precisiones y el espectador tiene esa sensación de que “algo puede pasar” inherente a la transmisión simultánea a los hechos (las vueltas que hay que dar por esta distinción entre “vivo” y “directo”).
Ahora bien, cuando algo realmente pasa, como en el caso de Jelinek, creo que hay que abandonar esa pretensión. Una persona enferma o accidentada merece un respeto que va más allá del show. Tinelli fue ambiguo en su apreciación de la temporalidad (“queremos llevar tranquilidad a la familia de Karina”, una frase que solo tiene sentido si el programa es en vivo y en directo) y se excedió al ir al camarín a ver el estado de Karina. Es una pena, el programa no necesita este tipo de cosas. Y si uno tiene la perversa idea de que el fin justifica los medios, el rating alcanzado esa noche, 25.1 según Ibope, no parece ser el premio que se estaba buscando.
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