SOBRE LOS DIARIOS Y LA EXTENSIÓN DE LAS NOTAS
¿Cuánto texto aguanta un lector?

New York TimesClarínPor: Gustavo Noriega. Leo en la edición online del New York Times una nota llamada A War on Every Screen (Una guerra en cada pantalla), firmada por A. O. Scott. Trata sobre las películas que se están haciendo en EE.UU. sobre la guerra en Irak. Es interesante en su contenido, bien escrita y, lo que más me sorprende, larga.

Selecciono su contenido, lo copio y lo pego en el Word, para contar los caracteres. Son más de 12 mil en inglés. El equivalente en castellano tiene que ser un 20 % superior, alrededor de 14 mil caracteres. Es una nota de mediana a larga para El Amante, podría ocupar tranquilamente cuatro páginas de una revista especializada como la nuestra y, sin embargo, en Nueva York aparece en un diario.

Desde hace un año, más o menos, me acostumbré a esperar con expectativa la nota central del mismo diario en su revista dominical. Suelen ser notas profundas sobre temas de actualidad pero que implican una investigación particular. La de esta semana se llama “The Evangelical Crackup” (“El colapso evangélico”) y trata sobre el desconcierto y renovación en los grupos evangélicos de los EE.UU. ante el fracaso del gobierno de su admirado George W. Bush. Hago el mismo procedimiento y me encuentro con que la nota tiene 48 mil caracteres. Haciendo la conversión al castellano encontramos que equivalen a 57 mil caracteres. Hay libros con esa cantidad de texto.

Cuando Clarín hizo un rediseño gráfico del diario hace no mucho, explicó que seguían las tendencias mundiales y los hábitos de los lectores. Los textos se hacían más cortos y la información siempre estaba dispersa en una nota central y una multitud de “pastillas”, acompañadas de infografías. Es evidente que el argumento hace agua por dos lados. Lo primero es que hay diarios, los mejores, norteamericanos, ingleses y franceses, que aun resisten el acortamiento de los textos y tienen notas extensas. El segundo es la falta de responsabilidad social. Si la gente lee menos, Clarín le hace la vida más fácil, le acorta los textos y le hace recuadritos. La idea de ponerse por delante de la gente, dejar que sean los lectores los que decidan. Es decir, abandonar la pretensión de liderar.

Los textos de Clarín suelen ser malos o regulares, los recuadros perfectamente inútiles (con “ideas” como la siguiente:; si hay un robo a un banco resonante, convocan a un crítico de cine para que enumere películas con el mismo tema). Las infografías, en cambio, son muy buenas, aportan información y completan el panorama.

La Nación mantiene un estándar de textos razonablemente largos para nuestras costumbres, Página 12 lo mismo. Perfil lo intentó en su inicio pero abandonó rápidamente, salvo para algunos colaboradores estrellas.

Estoy llegando a los 3 mil caracteres. Es mejor que deje acá, antes de que se aburran.

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