SOBRE LOS PROGRAMAS DE TV QUE USAN IMÁGENES AJENAS |
El punto de vista de Noriega |
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Por otra parte, si Luis está planteando una cuestión de principios no resulta conveniente que personalice sus reclamos en la figura excluyente de Diego Gvirtz. En su nota inicial, Majul menciona brevemente a Mario Pergolini (“Con Mario está todo bien”), productor de Zapping, y no se refiere ni una sola vez a Gastón Portal, productor de RSM, para nombrar a solo dos de los programas que también hacen ese uso, según Majul, indebido de las imágenes. Son irrelevantes al debate, además, todas las referencias personales a la trayectoria de Gvirtz. ¿Qué aporta para una discusión de principios y sin chicanas agregar que PPT produjo Paf? Si los planteos de Majul son correctos se aplican a todas las productoras e independientemente de que hayan hecho en el pasado programas buenos, regulares o malos.
Por último, en el terreno de las formas, quiero señalar que en su recorrido mediático para plantear el tema, Majul ha equivocado algunas de las tribunas. Haber planteado el problema en el programa de Jorge Rial me parece inconveniente a su causa. No porque Rial sea o no sea una persona digna o atinente para discutir esos temas sino porque es curioso e inapropiado criticar el hecho de usar imágenes públicas en un programa que se caracteriza por el uso de información e imágenes privadas. Si se avala a Intrusos como tribuna de discusión se está ante la paradoja de que se afirma que no es correcto reproducir imágenes de una entrevista ya emitida a Charly García pero no es problemático emitir una cámara oculta revelando la sexualidad de una persona sin su consentimiento.
Pero que Luis haya errado en algunas de sus formas no significa necesariamente, que no tenga razón. Su planteo merece atenderse cuidadosamente y para eso, nuevamente, hay que desbrozar un poco sus afirmaciones, que incluyen distintos niveles. En sus notas y en sus declaraciones en radio y televisión, Luis se ha mostrado molesto e indignado por: a) el recurso de usar imágenes para dejar en ridículo modificando el contexto en que fueron originadas; b) el uso de imágenes sin acreditar origen; c) el uso sin permiso de imágenes en general y d) el uso de imágenes sin permiso a minutos de haber sido emitidas. Como son cuatro problemas diferentes voy a dar mi opinión para cada uno de ellos.
a) Con respecto a la molestia que genera las imágenes usadas para la burla, coincido con Osvaldo Bazán en que no se puede (y no se debe) hacer nada al respecto. Así como Majul ha sido ridiculizado demasiadas veces en los productos de PPT, Osvaldo ha sido igualmente burlado en Bendita TV y yo he aparecido para mi desazón en el Top Five de CQC. Son las consecuencias de tener un trabajo público. La libertad de expresión es más importante que nuestra supuesta dignidad herida. La única zona que debería ser inviolable es la vida privada, la que hemos decidido resguardar para nosotros. Con las imágenes y discursos que hemos hecho públicos no podemos ni debemos ejercer ningún tipo de control.
b) Creo que debería existir un período razonable bajo el cual las imágenes deberían constar de algún tipo de acreditación de origen. No me parece que deba ser un período muy extendido (no tiene mucho sentido señalar que algo fue originado en Después de Hora, hace seis años, o en Mediodías con Mauro, hace más). Pero sí debería haber acreditación en el lapso en que los programas origen están en circulación. Un año o dos años me parecen suficientes aunque mi opinión sobre este tema es provisoria y abierta a nuevas argumentaciones.
c) Este creo que es el punto central, sobre el cual hace tiempo tengo una idea fuerte y que es diametralmente opuesta a la de Majul. Las posibilidades técnicas de la digitalización han generado un mercado de imágenes nuevo, nuevos usos y, a partir de estos, nuevas formas de consumo y de generación de arte. El reciclaje y reformulación de material originado previamente por terceras partes es una de las características de la modernidad y ha dado lugar a formas tan diferentes entre sí como YouTube; el sampleo raperizado de la canción “Luka”, de Susanne Vega y las Histoire(s) du cinéma, de Jean-Luc Godard; para dar tres ejemplos totalmente disímiles entre sí. Los programas de archivo son una muestra de esta tendencia. En general, el sentido original de las imágenes es puesto en un nuevo contexto y forma parte de un nuevo discurso. A esta práctica se le opone el derecho de propiedad o derecho intelectual que pretende restringir el uso de las imágenes a sus creadores. Yo estoy totalmente a favor de la proliferación de discursos y de formas, incluso utilizando como materia prima imágenes generadas por terceros. Me parece un síntoma de libertad e inteligencia dejar que las imágenes que generamos se hagan públicas y universales y formen parte de nuevas formas y nuevos discursos, incluso aunque estos sean opuestos a nuestras ideas o estén destinados a hacernos quedar en ridículo. A menudo he encontrado artículos de El Amante desperdigados por el mundo, con o sin su correspondiente acreditación: poco hice al respecto y a partir de cierto momento en el que medité sobre el tema, abandoné toda intención de aclaración o acreditación. Creo en el copyleft y esa idea aplico a los productos que supuestamente están bajo mi autoría. Por supuesto que esto no significa avalar que alguien tome nuestro trabajo en su integridad y lo ponga a su nombre pero no es esto lo que sucede en general ni, como bien señala Bazán, en el caso particular de los programas de archivo. Para ser precisos, en el caso que terminó de desatar la ira de Luis, la entrevista a Charly en La Cornisa y su inmediata captura por parte de TVR, cronometrando la parte del programa donde fue utilizada comprobamos que el informe completo dura 15 minutos y medio e incluye cuatro fragmentos de la entrevista emitida poco antes por La Cornisa. Esos fragmentos duran, respectivamente, 32, 16, 12 y 6 segundos, lo que da un total de un minuto y seis segundos. Más allá de lo que uno pueda opinar acerca de la utilización de imágenes generadas por terceros, es muy difícil afirmar que se trata de una “retransmisión total”.
No es bueno tampoco para el razonamiento de Majul utilizar como ejemplo a Fútbol de Primera. El dice: “¿Sería una solución creativa y original o un robo que, por ejemplo, el próximo domingo, en Tres Poderes, nos engancháramos a la señal de Canal 13 y emitiéramos Fútbol de Primera?”. Y en la primera de sus notas había afirmado: “Ningún canal de televisión, ni siquiera de la propia cadena, puede usar los goles del campeonato de fútbol local antes ni durante la transmisión de Fútbol de Primera, por Canal 13.” Como ya señalamos, TVR tomó, ni antes ni durante sino después de la finalización de La Cornisa, un poco más de un minuto de ese programa y no una transmisión entera. Pero lo más desafortunado es haber usado a las transmisiones de fútbol como ejemplo de lo que se puede hacer o no. El manejo que TyC y Fútbol de Primera vienen realizando sobre los derechos de autor de las imágenes es uno de los mejores ejemplos del carácter monopólico y retrógrado que puede llegar a tener la invocación de esos derechos. Recordemos que la empresa es dueña absoluta de la primera emisión de imágenes del fútbol argentino y que los demás canales no pueden emitir, incluso habiéndolas generado, hasta que no finaliza la emisión de Fútbol de primera. Si usted es hincha de un equipo que jugó el viernes a primera hora, no podrá ver la repetición de los goles hasta el domingo a la noche y por un solo canal, el 13, o después de la medianoche por los demás canales. La última tendencia para aumentar el rating de Fútbol de primera es retacear las repeticiones durante la emisión del partido y directamente no repetir lo goles al final de cada transmisión, convirtiendo al espectador en un rehén que solo será liberado en la noche del domingo. Si yo quisiera defender los derechos de autor, el último ejemplo que buscaría sería el del manejo de las imágenes en el fútbol. Si, por el contrario, quisiera demostrar que el discurso de las restricciones y de los derechos de autor tiende a las prácticas más reaccionarias llamaría la atención sobre los mecanismos que se utilizan desde TyC y Fútbol de Primera.
Es evidente que lo que cada programa de archivos hace con el uso de imágenes es generar un nuevo discurso, por eso uno puede identificar un estilo y una ideología en TVR, distintos de los de Duro de domar, distintos a su vez de los de RSM y así sucesivamente. Uno puede opinar que esos programas son banales, vulgares, homofóbicos o genialidades progresistas; lo que es difícil afirmar es que son meras repeticiones de programas ajenos. Decir como hace Luis que solo se trata de “copiar y pegar” y que esas son actividades que puede hacer su hijo es como afirmar que el género de entrevistas es solo hacer preguntas y esperar las respuestas y que eso es lo que hace mi hijo con sus amigos cuando conversa.
d) Con respecto al hecho de que TVR emitió imágenes pocos minutos después de que La Cornisa haya terminado, no tengo una opinión muy definida. Creo en principio que lo más conveniente es que haya una ventana temporal de protección de las imágenes, de un día, por ejemplo. Lo que hizo TVR con la entrevista a Charly García me parece un alarde técnico llamativo pero no necesariamente recomendable. Creo que lo mejor que tienen esos informes es justamente la resignificación en un discurso nuevo y trabajando contra reloj es muy difícil de hacer eso bien, insertando imágenes a la apuradas en un informe hecho previamente. La inmediatez no solo es razonablemente irritante para el productor primario de esas imágenes sino que atenta contra la idea de hacer informes pensados y con un estilo e ideología propios.
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