MEDIR, MEDIR, MEDIR
Encuestas descompuestas

TeléfonoPor: Adriana Amado. Año de elecciones, año de encuestas. De las de verdad, que permiten que las respuestas las sorprendan. Y de las otras, ésas que casi no preguntan para que la realidad no les estropee los resultados. El problema de medir el tiempo con tantos relojes es que nunca se puede estar seguro de qué hora es. Por eso los candidatos andan más desorientados que participante de Gran Hermano que no sabe en qué momento del día se encuentra. Por suerte hay encuestas mejor sincronizadas, como la del Latinobarómetro, respaldada por una metodología consistente a lo largo de los años y de los países. Aquí algunas de las conclusiones del último informe como para que ajusten el reloj aquellos que tienen alguna pretensión de que les preguntemos la hora en las elecciones de 2011:

·         El 37% de los argentinos declara que la delicuencia/seguridad pública es el principal  problema del país, que en este índice se ubica 5° en el continente. Pero es el segundo país, después de El Salvador, en donde se declara haber sido víctima de algún delito el último año (36%). Contrariando a los que dicen que la inseguridad es una idea, esta encuesta muestra a la Argentina como el país con más coherencia entre la percepción del delito y la victimización real. Y uno de los que están menos de acuerdo con cómo se maneja la seguridad ciudadana (apenas un 10% la apoyan).

·         Igual no es para hacerse problema: los argentinos estamos entre los más contentos con nuestra vida (80% declara estar “muy” o “bastante satisfecho”). Aunque en el continente somos quienes menos creemos que hay una justa distribución de la riqueza. Es que ya sabemos: la plata no hace a la felicidad.

·         Lo más tranquilizador es que pueden descansar los que ven conspiraciones golpistas en todos los floreros: los argentinos estamos entre los pueblos que más apoyan a la democracia (ocupamos el 5° puesto entre 18 países). Y eso a pesar de que unánimemente opinamos que las decisiones del gobierno buscan privilegiar a algunos pocos, encabezando el ranking latinoamericano con un contundente 75% de acuerdo con esta afirmación. Más aún, el 79% acepta que “Algunas personas y/o grupos tienen tanta influencia que los intereses de la mayoría son ignorados”. Primeros cómodos también en esta opción. Solo el 16% creía en 2010 que “se gobierna para el bien de todo el pueblo”. La verdad no tiene por qué opacar los ideales.

·         Contrariando la fe que suscribe gobierno y acólitos en los últimos años, la opinión pública latinoamericana sostiene que el poder no está en los medios (17% de respuestas), sino en el gobierno (58%) y en las grandes empresas (48%). Y los argentinos somos los primeros defensores de la idea de que los medios deben poder publicar sin temor a ser cerrados.

·         Como en lo demás, en los medios también la fe es mayor que la confianza real. Por eso no estamos ajenos a la tendencia del continente que muestra que los medios perdieron hasta ocho puntos de relevancia como fuente informativa con relación al año anterior y muestran los porcentajes más bajos desde 1996 (en 2010 TV concentró 78% de las respuestas; radio, 48%; y gráfica, 35%). Internet es la única fuente que creció pero aún no obtiene menciones significativas (16%). Esta retracción tiene como contracara que de entonces a hoy aumentó de 25% a 44% la familia como fuente de información sobre política. Y si se considera el caso argentino, en política la comunicación interpersonal le compite a los medios: familia (53%); amigos (42%). Cuanto más fuerte sea la tensión entre gobierno y medios de comunicación, más se confía en los conocidos: en Venezuela y Ecuador el 64% de la población recurre a la familia para informarse sobre política.

·         A las redes sociales no les van mejor. Mientras los ministerios  asignan equipos de trabajo a alimentarlas, en la vida cotidiana solo 19% de los ciudadanos de la región usan Facebook, el 13% Youtube, el 9% Windows Live. En Argentina los índices mejoran algo pero no como para decir que en la red habita la opinión pública.

¿Qué conclusiones deberían ser consideradas de mira a las próximas elecciones? Todas éstas y especialmente la que delata que a pesar de tanto fervor, tanta interna, tanta declamación de militancia, los números que nos llegan desde afuera dicen que apenas un 31% de los argentinos declaran algo de interés en la política. Y bueno, tantos políticos y consultores acostumbrados a mirar relojes descompuestos, que la mayoría ni les da la hora.

{moscomment}