DE GRIS DESOCUPADA A REINA DE LA CANCIÓN |
Buscando a Susan |
Por: Adriana Amado. Hace unos días asistimos a la tormenta más perfecta que puede ocurrir en los medios. Reality show que muestra un personaje raro, marginal, casi freak. Frente a los ojos escépticos de público y jurado, el freak se transforma en Celine Dion. El milagro queda disponible on demand en youtube para una audiencia globalmente hambrienta de algo para compartir. Nadie se quiere perder la simpática notita color y menos los noticieros que resumen en 40 segundos el momento en que Susan Boyle dejó de ser una gris desocupada para convertirse en la nueva reina de la canción contemporánea. Ha nacido una estrella. |
Tan generosa combinación se merecía cada una de las más de diez millones de bajadas que se hicieron del video la primera semana. Pero el minuto de gloria de Susan ofrece algo más a la mirada de los millones de espectadores que la buscaron estas semanas: es la historia de un fracaso que busca su reinvindicación para que los que no creyeron en ella, esos que la despreciaron, puedan ver su logro. Es para ellos que lo miran por TV, diría la hinchada. Este sentimiento de revancha es una fantasía universal, por eso la historia de Susan Boyle de alguna manera es percibida como un acto de justicia por las audiencias globales. Que la protagonista sea una desocupada que en sus 48 años de vida no había podido salir de su pueblito ni encontrado un espacio para cultivar su talento es un condimento adicional para que encarne otro universal: la frustación de tantos talentos que la vida nos ha hecho dejar por el camino. ¿Dónde habrá quedado la guitarra criolla? ¿Y la raqueta que prometía repetir la gloria de Vilas? ¿Y las páginas de poesía escritas en la secundaria? A Susan también le podría haber pasado tener que dejar el tesoro de su voz en la iglesia de su triste pueblo escocés. Soñemos junto con ella que el triunfo nos está esperando en alguna parte. Aunque sólo sea en youtube.
La vida de Susan incluye poquísimos datos que la prensa mundial repite desde Wikipedia. Soltera a los cincuenta, “jamás besada”, trabajadora voluntaria, poco agraciada. Un auténtico fracaso para los estándares dominantes. Una vida auténticamente anodina durante medio siglo, que de pronto se convierte en una noticia en sí misma, al punto que se replica mundialmente cada detalle, hasta lo más descabellado, como que la propuesta de que protagonice una película porno en la que pierda su virginidad. Su encuentro con Larry King fue repetido hasta el cansancio , y su visita a la peluquería del pueblo, discutida en cadena. El cerebro del concurso de talentos, Simon Cowell, después de pedir perdón por reirse en cámara de la apariencia de la concursante, hoy vuelve a las andadas al decir que está podrido de que le hablen de las cejas y de los gatos de Susan.
Por si no quedara claro para el espectador arrasado por semejante tsunami mediático, Susan apenas ha superado la primera ronda y le queda por recorrer el largo camino del concurso. A los otros concursantes del Britain's got Talent les quedan galas en las que tendrán que compensar las diferencias que la prensa le ha dispensado a esta participante. Lo que también le representa a la pobre Susan un alto handicap: ¿cómo hará en su segunda presentación para sorprendernos en la misma medida? Antes bien, estaremos esperando que no nos decepcione y que la próxima emoción que nos conceda esté, cuanto menos, a la altura de la primera. Porque las audiencias somos así de insaciables. Casi casi como la misma máquina propaladora de talentos en la que se metió Susan.
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