JOAN COSTA EN BUENOS AIRES
El diseño al poder

La Rebelión de los SignosPor: Juan Terranova. Joan Costa pasó por Buenos Aires para presentar su libro La rebelión de los signos. En co-autoría con Daniel Raposo, el volumen abre la nueva colección de diseño del sello La Crujía, y está dirigida por el mismo Costa. La rebelión de los signos, cuyo subtítulo es El alma de la letra, impacta por muchos motivos. Por un lado, es un prolijo recorrido por la evolución del signo, desde las primeras y polémicas marcas geométricas que se conocen hasta el suprematismo de Casimir Malevich, pasando por la imprescindible revolución de los tipos móviles inventados por Gutenberg. Por otra parte, es una fina reflexión sobre el diseño y la forma en que el hombre se dedicó a comunicar sus ideas. De hecho, esta narración crítica también es una seguidilla de anécdotas sobre la evolución del conocimiento. La edición, excelentemente ilustrada, detallista, muy completa, hace arqueología cuando enfrenta jeroglíficos, semiología con las escrituras no alfabéticas de oriente y teoría del diseño gráfico con las tipografías actuales.

Los signos secretos

Costa es un catalán conversador que todo el tiempo tiene algo para decir. Sentado con comodidad en la parte de atrás de la librería que tiene La Crujía en Tucumán y Ayacucho, responde a mis preguntas con claridad y entusiasmo.

– Este libro es una reflexión sobre el signo, pero como signo autónomo de la palabra. ¿Me entiende? Hay un poder que irradian los signos, más allá de las palabras y las oraciones.

Cuando le estoy por pedir un ejemplo se adelanta y me cuenta la historia de la cruz gamada. Primero, signo solar en la India. Luego, signo político en la Alemania nazi. Después, signo de muerte, de perversión, de vergüenza.

– La cruza gamada va atravesando la historia, cambia de significado, pero persiste –agrega.

– ¿Por qué dice “cuanto más secretos, más nos fascinan”?

– Creo que, contra toda especulación a priori que se pueda hacer, los signos son más atractivos que las imágenes. El impacto de la imagen en el que la ve es inmediato. Hay una narración, los significados aparecen rápido. Un niño, una casa, un árbol. Los conocemos. Pero con los signos no siempre es así. Incluso cuando los entendemos. Eso por no hablar de la escritura cuneiforme, de los jeroglíficos. Ahí hay algo vivo por atrás que no llegamos a descifrar y eso se siente cuando los vemos.

– ¿Las tipografías tienen ideología?

– El país vasco tiene una letra y una tipografía sin normativa. Se ve en los comercios. No hay establecida una norma para esas letras. Eso es interesante. Y son letras que se hacen a mano pero no son cursivas. Ahí creo que hay una reivindicación.

Gutenberg y la web

Cuando le pregunto si es posible relacionar la revolución de Internet con la revolución de la letra impresa de Gutenberg no responde enseguida. Duda. Se nota que la web lo incomoda de alguna manera.

– No lo sé. ¿Qué es internet? Nadie sabe muy bien qué es. Pero se sabe que satura. Satura y uno se cierra y dice “no acepto más”. No sé si se puede relacionar con la invención de Gutenberg, que era un humanista que tendía a lo cristalino y accesible. Internet es una jungla. Hay que hacer un gran esfuerzo de selección. En el futuro, la selección va a ser la clave.

Para definir al lector de La rebelión de los signos, Costa es mucho más directo.

– El primer lector es el diseñador gráfico, que debería conocer esta historia porque le sería muy útil para su trabajo. Pero las letras y los signos están unidos indisociablemente al humanismo. Los signos son la base de la comunicación. La colección que estoy dirigiendo tiene varias zonas. Algunas son técnicas, otras son más históricas. Este primer libro, creo, aúna muchas de esas áreas.

La última respuesta me sorprende.

– Cuando abre el procesador de textos para escribir, ¿qué tipografía usa?

– No, yo escribo a mano. Necesito escribir a mano, sentir la cursiva, el encadenamiento de las letras y las palabras. No me gustan los procesadores de texto. No uso computadora, ni celulares, ni corbatas. Y no me gustan las tipografías refritas de las computadoras. Eso es lo que yo llamo “creatividad variacional” Se agarra algo que está bien hecho, se le hacen unas variaciones y queda, por supuesto, algo feo.

{moscomment}