imagen columna terra

Por Juan Terranova. Lunes. Escucho la fantasía para piano y violín en do mayor D 934 y recuerdo que hace poco leí que Schubert veía a Beethoven, ya viejo, solo, marcial, almorzando en una taberna. Lo espiaba, pedía una cerveza, y pensaba en su música, en la de Beethoven, y también en la música que él escribía, quizás en la masonería, y en el frío muy melancólico de esa tarde vienesa. Y así esperaba a un amigo, o a un grupo de amigos, para ir a una fiesta. Parece que nunca se decidió a hablarle. Cuando supo que iba a morir -tenía 31 años- Schubert pidió que lo enterraran cerca de Beethoven en el cementerio de Währing, tal vez para continuar con esa tímida y noble admiración a distancia. Más tarde, me entero que murió Rafael Squirru, el creador del MAMBA.

 

La Nación lo elogia mucho con el lugar común del crítico como artista en un suelto sin firma. Martín me escribe en un mail que lo velaron en la librería Walrus. Me resulta raro lo de libros y velorio. Libros y muerte sí, incluso libros y muerto. Pero velorio en librería me parece bastante inédito. El Youtube de donde reproduzco la sonata tiene un detalle del Schubert de Klimt. Schubert, atento, toca el piano rodeado de frivolidad mundana, luz y colores cálidos y unas mujeres que se preparan para cantar como sirenas.

 

Lunes medianoche. Un titular “China. Tragedia insólita: imprenta se "tragó" un empleado.” Hay un video, bastante gracioso. El tipo apoya la mano en un rodillo y la máquina se lo come. No se dice nada más. Pienso si no hay analogía con el lector o con el autor. Me siento bobo, pero el video es gracioso.

Martes. Hago una lista de las figuras que me inspiran por fuera de los escritores.
Tommy Iommi, Prokofiev, Wagner, sin duda y ahora mismo Richard Byrd, John McAfee, Carlos Masoch, Alberto Olmedo, Jeff Healey. Ojalá en algo me hubiera influenciado el genio de Sviatoslav Richter. Soy cursi pero la inspiración es una forma de libertad.

Miércoles. Me entero que murió Ray Tomlinson, el creador del mail. Leo una nota donde dice que instauró la arroba para sellar nuestras comunicaciones digitales. Más tarde, escucho a Charles Rosen tocando tres estudios de Bartok. Youtube pone fecha y lugar “NY, 1963.” ¿Cómo era grabar Bartok en el 63 en un estudio o una sala de New York? Qué vertigo.

Miércoles, más tarde. Aunque no parezca, siempre es más sutil la moraleja que la moral.

Jueves. Titular: “Mujer le arrancó testículo al marido por no ayudarla con tareas domésticas” Y la nota dice: “Marinela Benea, es una rumana de 40 años que le arrancó el testículo izquierdo a su marido después de que él no le regalara flores y se negara a ayudarla con las tareas domésticas en el Día Internacional de la Mujer. El hecho ocurrió el martes 8 en el condado de Vaslui, en el noreste de Rumania, cuando la agresora tomó a su esposo por los testículos y en el fervor de una discusión de pareja tiró violentamente del escroto, causándole un desgarro.”

Viernes. Leyendo Soledad de Richard Byrd con increíble sorpresa y alegría. Mi hipótesis central hasta ahora es que se encerró a pasar el invierno en el polo sur por el puro placer de la aventura y una poco de arrogancia pero la idea de que lo hizo también para escaparse de su vida y poder finamente leer los libros que siempre había querido leer me cautiva. El hiperlector que huye al frío y a la oscuridad antártica porque solo ahí y en esas condiciones puede leer. Y no se olvida de llevarse un fonógrafo para intentar ser el melómano más atento al sur del círculo polar antártico.