BORGES - KINDLE - ECCE HOMO DE CECILIA

Por Juan Terranova. Lunes. Verano, televisión de trasnoche. Durante el día, revolviendo el Kindle como si fuera un caleidoscopio medieval.

Martes. Escribo en Facebook:: “¿Cómo, si no es trabajando con la imagen dañada, con la vergüenza ajena, podremos elaborar un arte del siglo XXI?”. Ezequiel Barbosa Vera me señala que tenemos casi todo un siglo por delante para probar. Se lo acepto pero agrego: “No hay que confiarse”. Enseguida engancho una nota de Alejandro Agostinelli donde dice que la restauración del Ecce Homo de Elía García Martínez que realizó la vecina del Ayuntamiento de Borjia, Cecilia Gimenez ,“fue uno de los grandes acontecimientos artístico-religiosos registrados durante 2012”. Coincido. También -y Agostinelli lo dice- fue un acontecimiento digital que se suma al arte contemporáneo de las redes. Hasta ahí llega mi balance del 2012.

Miércoles. Avanzo con un libro pendiente. Borges a contraluz de Estela Canto. Pese al estilo feministoide y poco acicalado, es una lectura placentera. De base, puro chisme, más alguna que otra invención producto de una mala lectura y sobrevolando todo el atractivo aroma del despecho. Mucho y muy interesante se podría citar de este llamado libro, que es casi todo una cita, una larga anécdota. (Entendiendo la anécdota como el género más sintético y eficiente de todos los géneros narrativos.)  Más adelante quizás escriba algo. El libro lo merece porque Canto construye un Borges diferente al Borges público. Ese es su aporte y su trabajo. Una gran mezcla de difamación y admiración, como en Operación Masotta.

Jueves. Mavrakis me manda su nuevo libro. Decido pasarlo al Kindle, pero me descubro leyéndolo de la pantalla de la netbook. Es probable que Mavrakis sea el mejor, y el más eficiente y preciso prosista de mi generación.

Viernes. Nunca está de más volver a pensar el pudor.