JÓVENES FANTASMAS/ 
Diario de lecturas 42

Mariátegui y Chinese Democracy/Por: Juan Terranova. Lunes. Leo un artículo de Oscar Traversa sobre el asado y la falta de bibliografía sobre su preparación. El título es elocuente, El asado escrito: lo dicho y el decir en torno a un práctica culinaria, y la hipótesis de Traversa, muy simple: los libros y manuales de cocina no explican cómo hacer un asado porque no hay mucho que explicar. La carne va arriba, el fuego, abajo. Todo lo demás es rito, socialización, pequeños detalles y matices. La preparación aparece así como un bien social del ser argentino. Mientras leía intenté girar esa idea y no le encontré fisuras. Pero ahora me doy cuenta que Traversa no avanza sobre otros géneros. La verdad prescriptiva sobre el asado argentino está en las novelas, en las narraciones telúricas del siglo XX. El breve ensayo salió el la revista-libro De Signis, número 18, que está dedicada a la semiótica gastronómica.

Martes. Durante una marcha por reclamos salariales en Salta, una bomba de estruendo alcanzó a un perro y le voló la cabeza. Mavrakis dice que es una noticia del primer mundo.
 
Miércoles. Mar dulce acaba de sacar los Ensayos literarios de Juan Carlos Mariátegui. El subtítulo del libro es “Sobre Joyce, Bretón y las vanguardias europeas”. Me gusta la prosa firme de Mariátegui, su humor y su ironía. (Aunque como teórico marxista latinoamericano me resulta más atractivo el boliviano René Zavaleta Mercado.) Cuando le toca comentar el caso Raymond Radiguet, el peruano escribe: “La vida de Radiguet, en suma, no ha sido una vida frustrada. Ha sido, simplemente, una vida breve”. El punteo que hace para analizar la temprana muerte de Radiguet es bastante bueno. El novelista murió a los veintiún años para: complacer a su editor, ser famoso, aliviar su impaciencia y su curiosidad. Cuando reseña las dos novelas que publicó lo hace rápidamente y anota que pertenecen al “mundo de las pequeñas almas. Piccolo mondo moderno”. (La frase me hizo acordar a Twitter.) “En este siglo la fama camina más velozmente. La civilización la ha electrificado” dice en un momento. Tengamos en cuenta que escribe en 1925. El artículo sobre Joyce es menos desconfiado y más laudatorio. Toda esta primera parte del libro está habitada por fantasmas jóvenes. Radiguet, Rimbaud, el mismo Mariátegui que murió a los treinta y cuatro años. “La publicación de estos ensayos literarios será exitosa si acompaña la actualización de esas discusiones” dice el editor cuando presenta el libro. “Actualización” es una palabra que hoy convoca a discutir la web. Copio un párrafo donde se aprecia bien el estilo de Mariátegui: “Los griegos gustaban de vivir serenamente; los hiperestésicos burgueses occidentales de la urbe quieren vivir dulcemente. La serenidad es demasiado grave y fuerte para estas pequeñas almas, ávidas y golosas de dulzura”. Más tarde releyendo a Arlt, encuentro esta frase: “Hay una tendencia general a retornar al nebuloso y pasado ayer, se siente nostalgia de los milagros, de las maravillas agoreras...” Como Mariátegui, también a principios de los años 20, Bobby Tenazas nos sigue hablando del presente.
 
Jueves. Axl Rose dio una entrevista y declaró: “Slash y Duff me decían que era un idiota". Clarín espectáculos usa la frase de titular. Eso me lleva a discutir con algunos amigos el valor de Chinese Democracy, el último y conflictivo disco de los Guns and Roses. Desde el título siempre me pareció que había más ahí de lo que se había visto y escuchado. Diego Vecino me dijo por mail: “un disco apabullante y barroco, pretencioso, narcisista, envejecido, tétrico”. Lo volví a escuchar, fascinado por la música y la descripción. Después, Alcácer me pasó un artículo donde Chuck Klosterman escribe: “Reseñar democracia china no es reseñar música. Es más bien como reseñar un unicornio. ¿Debo dejar de lado, antes que nada, si existen o no? ¿Se supone que debo compararlo con caballos normales? ¿A rinocerontes? ¿Tiene su pre-existencia mitológica un verdadero impacto, o debe ser examinado dentro de un vacío cultural, como si esta criatura no fuera más (o menos) especial que el resto del reino animal?”. Me parecen todas preguntas muy acertadas e interesantes. Quizás la función del crítico sea formular preguntas e intentar responderlas antes que responderlas definitivamente. Pero no estoy descubriendo nada con esto. Todo es una excusa para copiar esta cadena de adjetivos: “apabullante y barroco, pretencioso, narcisista, envejecido, tétrico”.
 
Viernes. En el campo literario las cosas importantes pasan en los caminos. Por eso somos como el Quijote, que ve un almacenero andaluz, lo confunde con un noble castellano y le pide que lo arme caballero. Nos arrodillamos siempre delante la persona equivocada. Más tarde leo este tuit de Carlos Busqued: “A veces me siento como una máquina que se enoja porque está apagada”.

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