DEL 2002 AL 2012/ 
Diario de lecturas 38

El Canibal/Por: Juan Terranova. Lunes. Hace diez años, en octubre del 2002, aparecía mi primera novela. Se titulaba El caníbal y la publicó Ediciones Del Dragón. Se trata de un ficción documental, una novela de tesis bastante atada a la coyuntura, escrita y leída cuando todavía no existía el kirchnerismo ni los blogs ni las redes sociales. El efecto 2001 seguía vigente. Aunque el siglo XX había terminado, el siglo XXI como lo conocemos hoy todavía no empezaba. Después del 2002 escribí y publiqué otros libros, pero El caníbal me sigue gustando. Se trata de una novela analógica, que necesita "decir algunas cosas". Quizás sirva para hacerse una idea de cómo empezó el milenio en Buenos Aires y de cómo lo recibieron los primeros copistas y habitantes del siglo XXI. Para festejar, subí a la web el pdf para descargar de forma gratuita.

Martes. Le daremos un largo adiós a Eric Hobsbawm cuya prosa, clara y precisa, hizo del mundo un lugar menos malo.

Miércoles. Literatura y política. El tema es que la coyuntura pide textos, demanda columnas de opinión, notas, información ordenada y redactada, y al mismo tiempo muchas veces no provee materia prima. Es avara la coyuntura a veces. Y los escribas tiene que inventar o resignarse al tedio. No pasa nada, es algo que se repite siempre y se seguirá repitiendo. Pero cuando no hay materia y no hay ideas, quizás sería interesante buscar el sentido en el estilo.

Jueves. Leo notas y noticias sobre gendarmes acuartelados. Mucho ruido político sobre un tema gremial. El periodismo en su versión más especulativa y demencial. Sigo leyendo hasta que me detengo, agobiado. Y pienso que la idea de un golpe, no el golpe, sino la idea, la posibilidad de un golpe, la fantasía de un golpe, es funcional a ambos bandos, al kirchnerismo y a la oposición al kirchnerismo. Hay un flirt, un vértigo, un rito, una erótica del golpe. ¿Por qué? Porque en ambas posiciones se registra la esencia constitutiva de no poder desprenderse del pasado, de vivir el presente y el futuro desde el pasado, del uso oprobioso y político de una fuerza que, como tal, hoy ya no existe.

Jueves, más tarde. Ustedes se reirán, pero el aburrimiento, el bienestar y el trabajo para todos también es un componente político desestabilizante. La clase media pide crisis cada diez años que le garantice un espectáculo televisivo y, de paso, mantener la esperanza de hacer, entre el humo, algún negociejo bursatil o de compra-venta de algo. Esto para no señalar que un buen quilombo político también los hace sentirse parte de la historia, mucho más que el triunfo agónico de la selección o la bandera flameando en Plaza de Mayo.

Viernes. De Scribd, leo a Lacan, fragmentariamente. "La excentricidad del deseo en relación con toda satisfacción es lo que nos permite comprender su profunda afinidad con el dolor (...) en última instancia, a lo que nos confina pura y sencillamente el deseo (...) es a ese dolor de existir" Seminario 5. El deseo siempre es deseo de otra cosa, significante que remite a otro significante. El deslizamiento eterno entre los significantes, dice Miller. El deslizamiento eterno. Sería un buen título para algo.

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