TUS PENSAMIENTOS EXISTEN Y TE CONDICIONAN/ |
Diario de lectura (veintiuno) |
/Por: Juan Terranova. Lunes. Cayó un avión en Siberia. Hay treinta y un muertos y una docena de sobrevivientes. Leo en Clarín: “El aparato de la compañía aérea rusa UTair se estrelló poco después de despegar del aeropuerto de Tiumén con destino a la ciudad de Surgut, informó el Ministerio de Rusia para Situaciones de Emergencia”. Era un bimotor turbohélice de fabricación francesa. Muchos de sus pasajeros trabajaban para compañías petroleras. Siberia, aviones, petróleo, nieve y el vocero de un ministerio increíble. |
Martes. Leo en la sección Internacional de El País, una columna de opinión firmada por un tal John Carlin. El titular dice “Thatcher, libertadora argentina” y el copete agrega: “Los “nazis argentinos” se habrían consolidado en el poder si la Dama de Hierro se hubiera cruzado de brazos ante la ocupación de Las Malvinas hace treinta años”. Lo que sigue viene por ahí. Copio el principio del artículo: “Nunca he entendido del todo por qué los argentinos jamás han reconocido la enorme deuda que tienen con Margaret Thatcher. Tendrá que llegar el día en el que algún representante del Gobierno argentino demuestre la inteligencia, la madurez y la cortesía necesarias para darle las gracias. Mientras esperamos, aprovechemos el 30º aniversario del comienzo de la guerra de las Malvinas para explicar por qué la Dama de Hierro merece ser considerada en Argentina como la gran libertadora del siglo XX.” O sea, Thatcher casi vestida con el traje de San Martín. Raro y oprobioso. “Nunca he entendido del todo por qué los argentinos…” Es una frase conmovedora que se puede usar para casi cualquier cosa. Supongo que este tipo de artículos son los que hacen que la obra de César Aira se revitalice. ¿Es la estupidez, el error grosero y explícito, la materia sobre que la trabajan todo el tiempo los libros de Aira? Se dice que la principal condición del boludo es que no se sabe boludo. John Carlin quizás tampoco sepa que es ridículo. Lo mejor que leí sobre el tema Malvinas esta semana es un fragmento de un “credo” que en algún momento de 19, entre la comida y el postre, James Ballard redactó con sensualidad y convicción: “Creo en la belleza misteriosa de Margaret Thatcher, en el arco de sus fosas nasales y el borde de su labio inferior; en la melancolía de los conscriptos argentinos heridos; en las sonrisas perturbadas de los empleados de estaciones de servicio; [creo] en mi sueño sobre Margaret Thatcher acariciada por ese joven soldado argentino en un motel olvidado, observados por un empleado de estación de servicio tuberculoso”. La revista argentina Artefacto publicó una buena traducción de este texto en su número 4 del 2001.
Miércoles. Un artículo lúcido de Eric Hobsbawm sobre las Malvinas. Repone la mirada del lado inglés. Una frase clave: “Dado que el gobierno y todo el mundo carecían de interés en las Falklands, el hecho de que fueran de urgente interés en la Argentina, y hasta cierto punto en América Latina como un todo, fue pasado por alto”.
Jueves. Estoy en contra del gesto automático y progresista de relativizar todo. Pero reaccionar siempre de forma acertiva -siempre- te puede convertir muy rápido en un tonto.
Viernes. La procesión de hoy cargaba una cruz y evitó Martín de Gainza, cerrada por un árbol que tiró la tormenta.
Sábado. Las respuestas de Alí a la sección “Lo que sé” que publica la revista Squire empiezan con esta línea: “Dios no pondrá sobre los hombros de un hombre un peso sabiendo que éste no lo puede cargar”. Es una frase bella, pero también terrible. Hay otro frase muy buena y también inquietante: “Aquello en lo que estás pensando es aquello en lo que te estás convirtiendo”. Si no creés en Dios, al menos admití que tus pensamientos existen y te condicionan.
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