NAVIDAD EN UN BALNEARIO/ |
Diario de lecturas (diez) |
/Por: Juan Terranova. Lunes. Siguiendo un spam llego al sitio www.mascotassinmiedo.com donde se vende un “pack de audio fobias”. La publicidad que recibe al lector dice: “Empieza desde Hoy a adaptar el oído de tu Mascota Adulto o Cachorro a los ruidos que más Miedo le causan o le causarán en un Futuro. Dile No Más a los Peligrosos Sedantes y a sus Altos costos en épocas decembrinas y de celebraciones”. (Respeto las mayúsculas del original.) Lo que venden es un cd con ruidos para que tu perro se vaya acostumbrando a la pirotecnia. El disco trae un "long play" con ocho tracks con música y sonidos de fuegos artificiales en ocho niveles graduados, más dos tracks con sonidos de secador en ambiente (sic), dos de peluquería canina y felina, y tres bonus tracks, el primero con sonido de calle, el segundo con sonido de gente, y el tercero con sonido de aspiradora casera. Creo que acá aplica lo de “peor el remedio que la enfermedad”. Me imagino que el disco suena entre un John Cage encerrado en la clase media y una versión doméstica y edulcorada -o quizás no- de Metal machine music, ese disco bizarro que Lou Reed hizo en 1975 para sacarse de encima un contrato con RCA. Durante demasiado tiempo, unos quince minutos, fantaseo con comprarlo. |
Martes. Me vine a pasar navidad a un balneario de la costa atlántica. El viaje me dio la oportunidad de someter el Kindle a una prueba defintiva. Lo cargué con “los libros que quería leer”, que siempre son muchos más de “los que voy a leer”. Y también puse una selección neurótica de “libros que tengo que tener a mano”. ¿Qué pasa si me asalta, en el medio de un bosque de coníferas, la necesidad de releer algún capítulo de La guerra civil espñola de Anthony Beevor? Se sabe, con los libros es mejor tenerlos que arrepentirse. Y el Kindle en este sentido es un cambio impresionante y hermoso. Por supuesto, también traje libros de papel, por si el Kindle se cuelga, se rompe, se traba o le cae un rayo, Dios no quiera. Dos anotaciones más. Todavía no lo llevé a la playa. Y terminé de darme cuenta que el formato mobi, el del Kindle, es insuperable. Los pdfs parecen una lotería. En algunos se lee bien, en otros no. Como tantas cosas en la vida, depende del “margen interior”.
Miércoles. Releo Estrella distante de Bolaño. Por extensión y forma -novelita de terror político con serial killer, mezcla de policial y parapolicial con los infaltables poetas de Bolaño haciendo muecas en el medio- parece escrita especialmente para un dispotivo de lectura como el Kindle. En este caso, si la lectura lo atrapa, el lector enseguida se olvida del soporte. O más bien deberíamos decir, si el lector es lector, siempre se olvida del soporte.
Jueves. Me despierto a las nueve de la mañana. No me puedo volver a dormir. Intento escribir un relato sobre redes sociales y fallo.
Viernes. Ayer a última hora me bajé al Kindle una copia en pdf de Vida ejemplar y heróica de Miguel de Cervantes Saavedra de Luis Astrana Marín. Ahí se cuenta que, pese al éxito de las obras cervantinas en los siglos VXII y XVIII, hubo que esperar a que el barón Lord Carteret se decidiera a encargar una “edición monumental” para tener una biografía. No me queda claro si Carteret era irlandés o inglés. Como fuere, la responsabilidad de la biografía recayó sobre el valenciano don Gregorio de Mayans y Siscar, a quién Menéndez y Pelayo, parece, llamó “el Néstor de las letras españolas del siglo XVII”. La cuestión es que esta primera biografía no era muy científica. Y Astrana dice: “Más no siendo entonces ni frecuente ni fácil la investigación en los archivos, el biógrafo se vio con documentación tan escasa, que, a veces, para llenar su cometido, tuvo que apelar a la conjetura y aun a la fantasía”. El mismo Mayans y Siscar lo sabe y escribe: “Mi fin solo ha sido obedecer a quien debía el obsequio de recoger algunos apuntamientos para que otro los ordene y escriba con la felicidad que merece el sujeto de que tratan”. Desorden, “apuntamientos”, conjeturas, fantasías y postergación, entonces, para la forma de la primera biografía de Cervantes. Que no se diga después que la procastinación literaria la inventaron los periodistas y los bloggers del siglo XXI. Tampoco son privativos de ellos, desde luego, los ripios, la lisonja desmedida, la ortografía heterodoxa y los excesivos firuletes de la lengua.
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