CÚMULO DE EXPERIENCIAS/ |
Consejos para escribir novelas |
/Por: Juan Terranova. Hace un par de meses, Iván Ferreyra me contó que estaba haciendo una revista grande, con mucha gente, para y por los cordobeses. Se iba a llamar Polo Secki, ciudad de culeados. La revista fue un éxito y ya va por su tercer número. Pero lo que quiero contar fue que Ferreryra me pidió un texto. Yo no sabía bien que escribir. Mucha libertad, un texto breve… Pero estaba leyendo su novela Bambi y en un momento pensé que eso se había escrito de una manera particular, una manera de escribir –me imaginé la posición del cuerpo, la letra arial en la pantalla- que yo conocía. Entonces me surgió pasar a por escrito estos consejos, que desde luego, deben ser tomados como de quién vienen. No están numerados porque no hay un orden, sino un cúmulo de experiencias que apareció así. |
Lo primero es aprender a estar solo. No se puede escribir una novela si uno siempre está rodeado de gente, y menos aun si esa gente habla todo el tiempo. Hay escritores que saben cómo estar solos antes de empezar a escribir, antes de llegar a la edad adulta. Eso es cómodo porque aprender el arte de estar solo de grande es muy difícil.
Leer es una de las mejores formas de estar solo que conozco. La otra es escribir.
Al mismo tiempo, la soledad no sólo es la gente y la falta de gente. Es un estado bastante mental. Cuando escribís nadie, repito nadie, va a hacer lo que vos no hagas.
La concentración y la prolijidad son importantes pero no imprescindibles. Si me das a elegir entre concentración y prolijidad, elijo prolijidad porque nunca me costó concentrarme y siempre me costó ser prolijo. Ser prolijo se aprende rápido cuando metés la pata seguido.
La concentración implica concentrar cosas, sintetizarlas, ser ejecutivo, ir para delante.
Y no des excusas. No sirven. Nadie las escucha.
Otra cosa básica. Hay que tratar de no salir de casa, no salir del escritorio o de la mesa donde estás escribiendo. Se dice que Balzac escribía atado a la pata de la cama o encerrado. Ahora bien, si necesitás salir, hacé que valga la pena.
Hay que leer todo. Cervantes que leía “hasta los papeles rotos de la calle” y él escribió la mejor novela de todas, el principio y el final del género.
Hay que terminar lo que se empieza. Antes no se sabe si es bueno, si es malo, si se va a publicar o si hay que tirarlo.
También hay que resignarse a ser medianamente pobre.
Otra cosa que sirve es robar. Pero hay que robar bien. Si están dando Alien, el octavo pasajero ahora mismo en la televisión lo mejor que podrías hacer es empezar a transcribir los diálogos y todo lo que ves en la pantalla.
Para escribir buenos diálogos tenés que escuchar y recordar cómo se peleaban tus viejos, como argumentaban, como se mentían, cómo se reconciliaban.
Algo útil es escribir muchos mails a tus amigos contándoles cosas de tu novela, presentándoles los personajes, qué dicen, qué hacen, de qué viven, pero lo que no sirve es que hables de ellos. Los novelistas no hablan. Cuanto más escribas y menos hables, mejor.
Hay que tener siempre muy presente que el arte de la novela es un arte íntimo y universal al mismo tiempo. Lo que narrás te tiene que importar a vos. Te tiene que importar a vos y a tus amigos. La palabra clave es “comunidad”.
Un teclado que no tiene restos de semen y comida no es el teclado de un novelista. Puede ser el teclado de un gran escritor, de un eximio poeta, pero no es el teclado de un novelista.
(Publicado en la revista Polo Secki Nº1. Córdoba, Agosto, 2011.)
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