SOBRE ADN, EL NUEVO SUPLEMENTO CULTURAL DE LA NACIÓN |
En busca de lectores dinámicos |
Por: Juan Terranova. El viernes pasado con una fiesta a todo trapo se lanzó ADN Cultura y el sábado los lectores pudieron acceder al nuevo suplemento cultural de La Nación. La frase del slogan interno podría ser: “Costó pero llegó”. Recorrí la edición en papel con interés un par de veces y la sensación es ambigua y de incertidumbre como en todo comienzo. Sin embargo, aunque es pronto para sacar conclusiones, algunas actitudes ya pueden ser leídas como guiños o gestos. |
El desafío
Para empezar, una duda. Cuando los directivos de La Nación se miran al espejo, ¿qué ven? ¿El Hombre esquizofrénico del Siglo XXI del que hablaba King Crimson en su primer disco? ¿O insisten con el monóculo, la pipa y la chimenea? En su editorial, Jorge Fernández Díaz, a cargo del proyecto, hace explícita esta tensión con una audacia crítica que no deja de sorprender. Y esto ya es un avance. Si es verdad que estaría bueno que la gente que hace la sección "polémicas en los blogs" –un nombre no del todo feliz– se tomara el trabajo de navegar por los circuitos de blogs porteños antes de escribir, esto es un detalle menor. Que ADN abra un sitio exclusivo dedicado a las noticias “culturales” muestra un evidente intención de “puesta al día”.
"Parece toda una paradoja –escribe Fernández Díaz en su primera editorial–. Junto con esos apellidos venerables, que cada tanto nombramos, hoy se escuchan términos como punto com, sitio, blog, chateo y web. Es que estamos lanzando, a un mismo tiempo, una revista en papel y un diario digital. En verdad, ADN-CULTURA es un emprendimiento multimedia, una maquinaria dedicada a las artes nobles y a las tendencias sociales, que atiende en distintos domicilios."
Y después habla de "hacer una revolución periodística y tecnológica". Atención porque esto no es poca cosa para La Nación. Y si queda alguna duda, enseguida aparece Stephen King, que alguna vez se definió a sí mismo como “el McDonalds de la literatura”, escribiendo sobre televisión. Algo está pasando ahí, entonces.
La competencia y los columnistas
No creo que Fito Paéz dure mucho como columnista. Un mes, dos meses, tres meses, con toda la furia. Y la columna de apertura es floja: No sé Jobim, pero Piazzolla seguro se está revolcando en su tumba si algún fantasma le comentó que su nombre apareció abajo de un titular que es cita de un éxito de Ricardo Montaner (Cfr: “Iluminados y eternos”.). No obstante, con menos estrellato, ADN fichó a Pablo Gianera, un excelente periodista y un verdadero erudito, y esto habla de una apuesta más a largo plazo.
La gran diferencia con Ñ, el suplemento de Clarín, se da en el gesto de publicar una entrevista larga –bien– pero sobre todo en la fundación de un sitio –excelente– donde todos los contenidos –y algunas otras cosas de actualización diaria– son accesibles. Mientras que lo que ofrece Ñ en la web está retaceado y es raquítico y pobre, la gente que hace ADN entendió que la crítica literaria, la opinión, el arte en general, se beneficia con un espacio plural.
Periodísticamente, como producto, ADN, entonces, es más ganchero que sólido con un largo camino para recorrer. Si tenemos en cuenta de dónde se viene –un acartonado prestigio que muchas veces no pudo evitar el sabor rancio–, la búsqueda de nuevos lectores, o al menos de lectores más dinámicos o curiosos, es evidente. ¿La consigna fue “más pop y menos sonetos”? De ser así, el objetivo no sólo está cumplido sino que exhibe sus ganancias y sus pérdidas de forma clara. Por otra parte, no hay porque negar de entrada la posibilidad de una convivencia en tensión. Ningún comienzo, sin embargo, es equilibrado.
Si logran poner a funcionar este nuevo sitio, La Nación, una publicación que siempre vivió los tires y aflojes entre los equívocos de las tradiciones y el impulso de visionarios –entre los que se cuenta su mítico fundador–, aportará algo más que un medio: aportará un centro. Lo cual es esperable y deseable porque justo ese espacio no puede jugar a alternativismo. Es obvio que ocupar ese lugar va a llevar un tiempo. Si se desmarca de los tics de su limitado competidor y hace las cosas bien, es posible que ADN logré ser respetuoso con sus monumentos pero también un lugar dinámico donde, cada tanto, vale la pena detenerse para estar informado o disfrutar de una narración crítica.
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