POR QUÉ FORMO PARTE DE HIPERCRÍTICO

"Quiero menos teoría y más honestidad"

Juan TerranovaPor Juan Terranova. ¿Hipercrítico como crítico al cuadrado? ¿El crítico como artista y el hipercrítico como villano? Mejor no dramatizar y entender que la verdad se mueve, no está fija, y vive en el entramado de los discursos.

Thomas Bernhard decía que cuando alguien le pedía un consejo, él le contaba una historia. ¿Qué historia le contamos al que nos pregunta qué libro tiene que leer este verano? (O para el caso, también este invierno.) Los protagonistas pueden ser un escritor y un crítico. Pero también un librero, un periodista, la industria editorial o uno de esos tipos anónimos que traducen los best-sellers o escriben los subtitulados de las películas.  

El chismoso de turno comenta el último non-fiction de un autor exitoso, un blog anónimo señala un error, un premio se arregla y otro se declara desierto, un libro vende diez mil ejemplares sin que lo reseñe ninguno de los principales suplementos culturales.

¿Por qué este libro sí y este libro no? ¿Qué va a pasar en tal presentación? ¿Qué significa la mediocridad de la nota de tapa de tal revista? ¿Cuál es esa historia?    

¿Hipercrítico como crítico al cuadrado? ¿El crítico como artista y el hipercrítico como villano? Mejor no dramatizar y entender que la verdad se mueve, no está fija, y vive en el entramado de los discursos. 

Hipercrítico, entonces, entendiendo que la crítica literaria no se pone como objeto único los libros sino que debe extenderse a la manera en que los libros son leídos y la forma en que circulan estas lecturas. La crítica como examen pero también como tanteo de límites y productora de controversias. Hipercrítico como “muy crítico”, inconformista y exigente, pero no como intolerante y prejuicioso.  

Pasión por el entramado de críticas mientras no reproduzcan ruido. Aunque el ruido puede llamar la atención cuando la razón no alcanza. Porque no olvidemos que el escándalo, el malentendido y el idiotismo son parte central de la cultura argentina. 

Para terminar también sería bueno menos teoría y un poco más de honestidad. Formo parte de Hipercrítico porque no puedo dejar de escribir sobre las cosas que me pasan en un acto bastante inexplicable que mezcla narcisismo básico con masoquismo intelectual, y como dice el viejo y querido Allen Ginsberg en su poema América, todavía no estoy dispuesto a abandonar mi obsesión.