SOBRE LA CRÍTICA EN LA PRENSA MASIVA
Diez claves para practicar el arte de reseñar un libro

Libros para reseñarPor: Juan Terranova. La reseña de libros es una parte reducida pero siempre presente de la maquinaria periodística. Festejando el día del periodista, diez puntos básicos para aquellos que escriben reseñas de libros (pero también para aquellos temerarios que las leen).

1. Nuca reseñe una obra sin haber terminado de leerla

No, por favor, no hagan esto. Se nota mucho. Yo se que leer es complicado a veces, pero haga el esfuerzo. Esto corre mucho para los que viven de escribir y tiene que redactar por obligación prácticamente todos los días. Cualquiera escribe una buena reseña cada tres meses. Las cosas se complican cuando es una por semana. De allí las bondades de planificar las lecturas. Aunque es verdad que eso no siempre es posible. Entonces, no queda otra que declinar las invitaciones para el fin de semana, quedarse adentro y hacer el esfuerzo de leer.

2. No decida el destino de un libro por su autor

Los autores cambian. Aunque nuestro infantil deseo freudiano es que se mantengan siempre iguales a sí mismos y cuenten siempre lo mismo, con la misma fuerza y la misma indeleble identidad, los autores cambian mucho más y mucho más rápido de lo que pensamos. Algunos para bien, otros para mal. Por lo tanto, lo mejor es remitirse al primer punto de esta lista.

3. Menos aun por su tapa

Un buen libro también es un libro bien impreso, bien armado y bien editado. Pero el crítico tendría que exceder la mueblería y los tapizados. No se trata de un lujo superfluo, por supuesto, pero un buen libro puede abrirse paso a través del soporte que lo contiene, sea un archivo word o esté impreso en tipografía ocho. Las tapas son lo más engañoso del mundo del libro, quizás solo vencidas en su trampa por las contratapas. Hace poco me regalaron un libro sobre John William Cook. La bajada en la tapa decía “La biografía”. Adentro había una novela donde Cook hablaba como si fuera un personaje de Discépolo. Gran papelón. Al mismo tiempo, muchos libros mal editados, con tapas diseñadas por gente sin manos ni cabeza, me sorprendieron. Las tapas engañan. Remitámonos al punto uno de esta lista otra vez.

4. La personalidad es necesaria

Nadie quiere un crítico dubitativo, una reseña meliflua, una hipótesis tibia. La crítica literaria es para hombres y mujeres que tienen algo qué decir. Hay que estar a la altura del desafío. Esto no quiere decir que haya que atragantarse o salir desnudo a los gritos por la calle pero si un libro no motiva una mínima opinión, lo mejor es no reseñarlo. También es malo tener una opinión formado sobre todos los libros y los autores. Eso quiere decir que en algún lado la cinta del casette va a patina.

5. No evite juicios de valor

La crítica en sí es un juicio de valor. Por lo tanto el “me gusta/ no me gusta” tendría que ser bienvenido. Si se lo censura es porque, generalmente, el “me gusta/ no me gusta” resulta poco elegante o poco ingenioso. Pero esa dupla es, en última instancia, la que producen el sentido. Esconderla o querer transformarla en otra cosa es un error.

6. No compre ni venda elitismo

Una vez se puede optar por aquel poeta olvidado que escribió apenas dos libros, uno de ellos aún inédito. Hay que garantizarle el lugar o al menos intentarlo. Una vez. No siempre. Pero después, hay que salir a trabajar con los libros que circulan en nuestra sociedad y, en muchos casos, termina por moldearla o son sus productos directos. Ahora bien, si usted no se preocupa por ese autor perdido y solamente lee los diez primeros de la lista de best-sellers, es muy probable que termine escribiendo cualquier cosa. Y con “cualquier cosa” me refiero a reseñas muy malas, muy planas, sin aire y sin gusto. Mantener el equilibrio, como casi siempre, es difícil. Sostenerlo implica un trabajo cotidiano y una importante cuota de tiempo y concentración.

7. Borrar al autor es malo

“Cuando escribís una reseña bibliográfica o una nota, los autores son tus personajes y el acto de escritura, lo que quisieron decir, lo que pudieron decir, lo que lograron y lo que no lograron transmitir, esa es tu trama.” Esto me lo dijo hace mucho alguien que sabía lo que significaba hacer reseñar. Todavía se lo estoy agradeciendo. Si el crítico borra al autor, niega información y cierra la historia del libro. Pasa más seguido de lo que imaginamos.

8. Dígale no a las hipótesis estrafalarias y a los estilos enredados

Enganchado con lo anterior, las grandes hipótesis de lectura, las que fuerzan los textos, las que los marcan, las que los ponen en series raras, por lo general no tienen mucho lugar en una reseña. ¡Y qué difícil es resistir esas hipótesis! En todo caso, mejor una pincelada que un brochazo. Dejarla caer, como quién no quiere la cosa: “Y te digo más, Hamlet es la historia del poder moderno” y seguir con otra cosa. Por otra parte, la claridad y la precisión siempre es positiva. Siempre. Lo lamento, pero es así. Por lo menos, en las reseñas.

9. Juegue a ser un genio, pero no se lo crea nunca

Usted es el crítico. Use ese traje. Pero sepa siempre que lo tiene que devolver. Es un traje alquilado. Por lo tanto, lucirlo es un derecho, pero sabiendo cuando la fiesta termina, la carroza se convierte en calabaza.

10. Lea a la competencia

Ellos son mejores que nosotros. Siempre. Finalmente nadie que se dedique a la crítica literaria –o a la crítica en general– debería dejar de consultar El Decálogo de la mala crítica de Jorge Barón donde se puede leer, entre muchas otras geniales, la siguiente frase: “No olvidar que siempre el chiste triunfa sobre la verdad”. Después de todo, el cinismo, aunque se cobra su libra de carne, nos permite poner distancia entre nuestra cara y las cosas que nos rodean.

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