UNA HISTORIA FANTÁSTICA |
Magia para el mundo |
Por: Juan Terranova. Hablo por teléfono con un amigo librero y me dice que Estanflación de Cavallo se está vendiendo muy bien. “Los que lo compran se piensan que si se cae el cielo financiero del mundo, él los puede ayudar a guarecerse”. Es como la anécdota de un tipo que se tira al agua con un salvavidas de piedra y cuando se lo sacan porque es evidente que se va a morir ahogado, se pone a llorar. “La paranoia resulta incluso mejor que el miedo para vender libros” dice mi amigo y después agrega: “Salieron muchísimos libros para fin de año. El depósito del local no me da abasto”. Me corta antes de que pueda preguntarle por El mago, la biografía de Paulo Coelho que hizo Fernando Morais y que, en la Argentina, circula en una edición de Planeta. |
El Mago
¿Y qué cuenta El Mago? Armada como las clásicos best-sellers del género, el primer capítulo presenta al personaje en su cumbre. Coelho ya es famoso, viaja por el mundo, forma parte de la Academia Brasileña de Letras y “suele ser recibido como un mito pop por sus lectores en sesenta y seis idiomas y dialectos, repartidos en más de ciento sesenta país”. También uno se entera de que se viste siempre de negro cuando viaja y usa calzoncillos bóxer de seda, que le regalaron en una casa en Dubai, que pasó varias veces por distintos manicomios, que es inmensamente rico y que le pidió al Niño Jesús de Praga “ser un escritor leído y respetado en el mundo entero”.
La promesas de Paulo
¿Suena a poco? ¿Quieren algo más? Repasemos los títulos de los capítulos, entonces. El quinto, por poner un ejemplo, es “Para saciar al Ángel de la muerte, Paulo degüella una cabra del vecino, manchando de sangre la pared de su casa”. El décimo cuarto es “Como prueba de buena fe, Paulo le promete al diablo no pronunciar nombres de santos ni rezar durante seis meses”. El vigésimo octavo, contemporizador, señala desde el principio: “Los muyahidines de Bin Laden y los marines americanos tienen un gusto en común: los libros de Paulo Coelho”. Y paro acá porque podría copiar todo el índice encontrando en cada uno de estos nombres de capítulos exuberantes y sensuales narraciones.
El biógrafo
Y vale decir que Morais tampoco es un periodista o escritor cualquiera. El mega-excéntrico Coelho merecía un biógrafo como Morais. Primero, narrador sólido, detallista y veloz. Segundo, con un curriculum que consigna una decena de libros entre novelas y ensayos, el oficio de guionista de televisión, ocho años como diputado en su país, Secretario de Cultura entre 1988 y 1991 y de Educación entre 1991 y 1993. A Morais, por otra parte, no le tiembla el pulso a la hora de escribir que Coelho es “bastante tacaño” o que “su obsesión con nombres, lugares, fechas, colores, cosas y números que a su entender podrían atraer desgracias” podría derivarse de un trastorno obsesivo compulsivo. Se trata, por supuesto, de una biografía “a favor”, pero no por eso deja de ser un libro consciente y bien armado. Muy cerca del principio, en la página 21, Morais describe una reunión entre el autor y su agente: “La última noticia parece ser la única sorpresa: el día anterior, un grupo armado asaltó un camión en un suburbio de Buenos Aires y se llevó consigo la valiosa carga, 2.000 ejemplares de El Zahir recién salidos de imprenta que iban camino a las librerías porteñas”. Como no hay registros en medios locales o internacionales del hecho, uno puede preguntarse: ¿De dónde sacó Morais esa información? En todo caso, queda claro que piratas del asfalto bonaerenses robando libros no es la idea más excéntrica y mitómana del libro.
Frankfurt 2008
Este año Paulo Coelho festejó en la feria del libro de Frankfurt los cien millones de ejemplares vendidos. Por lo tanto, El Mago no puede llegar en mejor momento. Pero hay algo más. Siempre me interesó el autor de El Alquimista, aunque sus libros no me dijeran mucho. ¿Por qué? Me daba la sensación de que en él, no en su pluma, había una gran historia, una historia donde la lectura aparecía teñida de una atípica masividad. Los libros de Coelho entonces no me satisfacían y aún no lo hace, pero él como personaje sí. Ahora, con el libro de Morais, llegó lo que finalmente quería leer. No relatos de magia y religión, un poco berretas, un poco sensibleros, sino la impresionante, aterradora y fantástica historia de un hombre nacido en un país periférico que se hace multimillonario escribiendo sobre la fe.
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