CUANDO LA TENTACIÓN DE LA NEGATIVIDAD CRECE COMO UNA MADRESELVA
Continúa la timba del Nobel

LadbrokesPor: Juan Terranova. Mientras Wall Street tropieza una vez más y parecería que no se va a recuperar nunca, mientras el bombo universal de la Máquina de Dios terminó en avería, como si se tratara de una Dodge 1500 con problemas de embrague, mientras en España le dan el Planeta a Fernando Savater y Damien Hirst se transforma en el Bill Gates del arte, mientras leemos que Paulo Coelho dijo que “el universo es amoral”, la tentación de la negatividad crece como una madreselva, como una mandrágora, como una enamorada del muro, en la espalda de los cuadros intermedios de la industria de la opinión.

Cable urgente

La última droga de diseño periodística es apenas una sospecha. Parece que la timba del Nobel tiene filtraciones. Adn lo sacó en un suelto breve y contundente. Cito: “El aumento de apuestas por Jean-Marie Gustave Le Clézio como ganador del Nobel de Literatura un día antes de la concesión del premio ha motivado una investigación interna sobre si salió información reservada de la Academia Sueca.” Le Clézio venía pagando 15 a 1 en los Ladbrokers de Londres y de repente bajó a 2 a 1. Había maniobra o tongo. Era cantando. Ladbrokers bajó la cortina y no admitió más apuestas. Parece que en el 2003 con J.M Coetzee y en 2006 con el turco Orhan Pamuk pasó algo similar.

Asuntos internos 

¿Dará esa investigación interna un best-seller de calidad cuando se narré la gran estafa del hoyo-pelota sueco? ¿Existen los detectives escandinavos que interrogan libidinales y maltrechos levantadores de apuestas literarias irlandeses? En los boliches de Once donde siempre hay un aparato de televisión sintonizando Crónica TV, ¿se pueden jugar diez pesos a la cabeza de Philiph Roth? ¿Cuál es la martingala que esconden los agentes literarios? Mientras tanto en el Salón de la Justicia, Horace Engdahl, el super-secretario permanente de la institución, dijo que no creía que la información hubiera salido de uno de los dieciocho miembros de la Academia y agregó: "La indiscreción en nuestra propias filas sería algo extraordinario".

Extraordinario

Pero yo creo que es justo al revés, Horace. Lo extraordinario sería que no se filtrara nada. ¿Se entiende? Qué tentación ahora escribir que el mundo se cae a pedazos, que estos delitos hieren nuestra sensibilidad y nos arruinan la vida. Pero no, no puedo ser tan hipócrita. Está bien que saltar a decir que está todo mal nos da una buena excusa, una fuerza narrativa que nos permite desplegar nuestra potencia escritural. Pero también es atractivo y se disfruta cuando el sistema nos habla sin máscara, sin maquillaje y a veces incluso sin cara, con una luz de neón donde van los ojos y un agujero sin fondo en el lugar de la boca. Porque de eso, y no de otra cosa, están hechos los mitos que consumimos todos los días y la indignación pega bien al principio pero siempre tiene un final raro, un retrogusto a poco. Sinceridad y respeto: si el mundo tambalea no se rasgue la camisa hasta que el cuello toque el agua.

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