Libros

REEDICIÓN DE VIVIR AFUERA
Fogwill otra vez

VIVIR AFUERA DE FOGWILLPor: Juan Terranova. Hace ya más de dieciocho años leí en una revista de psicoanálisis —probablemente L´âne, aunque no estoy seguro— una semblanza de Dostoievski. Recuerdo que el autor del artículo describía a un Dostoievski que llegaba borracho, se sentaba en la mesa sin permiso, hablaba escupiendo y pedía dinero prestado. La nota resaltaba que los escritores también podían ser insoportables. En Argentina, Dostoievski funciona como un referente tardo-romántico. Rodión Románovich Raskólnikov habla el lenguaje del punk. Es un pedazo del nihilismo intelectual adolescente perdido en las nieblas del siglo XIX. O por lo menos lo fue para mí. La autopista cultural progresista enseguida desemboca en Villa General Roberto Arlt. Y a esa altura el lector joven ya se dio cuenta de que su incomodidad frente a Canal (á) tiene un sentido real y una tradición. Contra el estilo Gandhi del escritor bueno y responsable que lucha por la Cultura y el refinamiento de nuestras sensaciones, entonces, aparece Fogwill.

SOBRE EL LIBRO LOS FANTASMAS DEL MASAJISTA
Restos conceptuales

Los fantasmas del masajistaPor: Juan Terranova. Los fantasmas del masajista de Mario Bellatin cuenta la historia de un masajista paulista al cual el narrador recurre cada vez que pasa por la ciudad brasileña. En la rara intimidad de la práctica kinesiológica, el profesional le cuenta al narrador la muerte de su madre, sus ilusiones comerciales y una amplia gama de problemas domésticos. No hay sombras épicas. Ni tampoco la chispa de sus resignadas situaciones vitales parece alcanzar para la picaresca. La narración se reduce entonces a una serie de situaciones de van del teleteatro a la confesión.

EN UNA MESA REDONDA EN LA BIBLIOTECA NACIONAL
El famoso tema de la independencia

BIBLIOTECA NACIONALPor: Juan Terranova. El viernes pasado la gente de Editorial Tamarisco me invitó a una mesa redonda en la Biblioteca Nacional titulada “Revistas literarias, revistas culturales. La circulación alternativa” con Juan José Burzi de Los Asesinos Tímidos y Víctor Malumian de Esperando a Godot. La convocatoria me sorprendió, la mesa no salió tan redonda como se esperaba, más bien salió bastante cuadrada, pero yo llevé este texto.

EN CRÍTICA Y EN VEINTITRÉS
Dos notas diferentes

Crítica y VeintitrésPor: Juan Terranova. El periodismo porteño es de cerrar filas muy rápido. “Es una nota, no importa si sale mal, mañana hacemos otra” se dice. O también se escucha, demasiadas veces, “¿y qué querés? Me la pidieron, hice lo que pude”. Cuando falta talento y dedicación, la discursividad, como el parche, vienen a posteriori. Frente a estos desarreglos profesionales, prefiero no discutir en abstracto. Dos notas ligadas al rubro “cultura” de los diarios me llamaron la atención en estos últimos días. La primera es excelente, y aunque creo que salió en Veintitrés, se puede leer en el sitio de El Argentino. Diego Rojas entrevistó al recién formado grupo Aurora. La otra, con el título de “La misteriosa sociedad de las intelectuales rebeldonas”, apareció el pasado 29 del corriente mes, en la sección Culturas del diario Crítica, va firmada por Roka Valbuena y es el peor periodismo posible.

SOBRE EL COMIENZO DE LA PRIMAVERA
Deutschland über alles

ELCOMIENZO DE LA PRIMAVERAPor: Juan Terranova. Desde hace poco, Patricio Pron vive en Madrid después de haber pasado casi diez años en la universidad alemana de Göttingen donde se doctoró en Filología Románica. Nació en Rosario en 1976 y tiene publicados varios libros, entre ellos la llamativa novela Nadadores muertos. El comienzo de la primavera, publicada a fines del año pasado, ganó el Premio Jaén de Novela.

LA VUELTA DEL NOIR
Sangre, sudor y lágrimas

JAKE ARNOTTPor: Juan Terranova. Jake Arnott nació en 1961 y antes de convertirse en escritor fue intérprete de lenguaje de señas y sereno de un depósito de cadáveres, dos actividades que resultan raramente sugestivas a la hora de pensarlo como, si no el renovador, al menos, con claridad, un excelente actualizador del género negro. De hecho, la saga de Harry Starks, su gángster homosexual, judío, violento y ultracholulo, que deambula por el Swinging London asustando y seduciendo al mismo tiempo, no está sola. La acompañan grandes re-versiones del género, como puede ser la reciente El sindicato de policía Yiddish de Michael Chabon, y llega precedida por New york Graphic de Adam Lloyd Baker, un impecable noir futurista. Lo que sí resulta novedoso –aunque el gesto retro no se me escapa– es que Mondadori lance una colección de policiales cuyo nombre, Roja & Negra, haga pensar en filiaciones no tan evidentes, y su director, Rodrigo Fresán, resulte un imprevisto pero atractivo maestro de ceremonias. La primera parte de la saga de Harry Starks se llama Delitos a largo plazo y Fresán respondió algunas preguntas para Hipercrítico sobre ella y también sobre la colección.

LA MUERTE DE UN AUTOR
Se fue Bañez

GABRIEL BAÑEZPor: Juan Terranova. Atiendo el teléfono y Graciela Bruno del Ateneo me dice: “Se mató Bañez”. Estoy en la computadora y pienso mientras hablo. ¿Qué día es hoy? Es miércoles. Son las once y media de la mañana. “Lo encontraron en la casa” me dice Graciela. “Ahora me voy para La Plata”. Cuando corto, trato de seguir. Pero no puedo. Empiezo a desandar mi relación con Bañez. De golpe, Bañez está en todos lados. Está en mis novelas, en mi blog, en mi cuenta de mail. Pasan dos horas. Y ahora me siento a ver si puedo escribir y no puedo. Pero hago fuerza. Todo lo que tengo para contar es muy personal. Una amistad por mail parece siempre menos amistad pero entre un escritor inteligente y un escritor aprendiz la palabra escrita sirve y une. Creo que Bañez habría sonreído con resignación si hubiera podido leer la acartonada nota que sacaron en El Día.

DE DAVID WAPNER
Tierra Metida, un libro

Tierra MetidaPor: Juan Terranova. 1. Son las doce, el mediodía exacto del martes 30 de junio. Hace frío y el cielo está nublado. En el andén de la estación Caballito esperamos con Wapner el tren que lo lleve a Castelar. En la mano tengo el libro que reproduce una parte de su blog, Tierra Metida. La tapa es amarilla, con un dibujo del desierto que hizo su mujer, Ana Camuso. Me lo acaba de regalar mientras desayunábamos, tarde, en un bar de Rivadavia y Acevedo. Wapner tiene puesto un gorro de gnomo y está resfriado. Cuando saca para pagar el boleto, encuentra una moneda de diez agorot, diez centavos israelíes. Me la regala. “Tomá” me dice. “Para vos”. El diseño de la moneda es simple. Mientras la miramos juntos y Wapner me explica que el dinero en Israel se llama Shéquel, pasa un tren en dirección al centro. En la moneda, de un dorado opaco, hay algunas palabras en hebreo y un número diez. En la otra cara un candelabro de siete brazos sobre un contorno que parece una mancha. “¿Es la frontera de Israel” pregunto. Wapner me pide la moneda y la mira. Y yo lo miro a él. Hace unos días me dijo que salió de su casa, cruzó el desierto bíblico de Judea, tomó un avión hasta Roma y de ahí otro hasta Buenos Aires. “No, esto es un pedazo de mampostería que se encontró recortando la figura del candelabro” me dice. Las asociaciones que se me ocurren son banales, lugares comunes: ¿Cuáles son los límites de Israel? ¿Dónde está el Estado judío? ¿Dónde empieza y dónde termina? ¿Está grabado en el dinero? No, no está grabado ahí. Ahora uso la moneda israelí para señalar las páginas de su libro.

ENTRE LA PARODIA, LA RISA Y LA COLUMNA DE OPINIÓN
Adiós a Peña 

Gracias por volar conmigoPor: Juan Terranova. El miércoles me enteré de la muerte de Fernando Peña en el centro. Ya era tarde. Casi las once de la noche, once y media. Estábamos tomando una cerveza con algunos amigos en La Moncloa de Plaza Congreso y entró un conocido periodista de variedades. Se sentó y pidió que, por favor, la próxima vez, los personajes mediáticos se murieran un domingo o un lunes y no un día antes del cierre. Contó que ya tenían todo diseñado para el domingo y tuvieron que levantar tres páginas para hacerle homenaje, necrológica y panegírico al actor. Alguien tiró la idea de ir hasta la Legislatura, donde lo iban a velar. Pero la propuesta no prendió. Me acordé de Gracias por volar conmigo, el libro que Peña había sacado hacía relativamente poco. Después de hojearlo se lo regalé a mi abuela que lo escuchaba siempre. Una vez le pregunté a una editora porqué vendían tanto los libros de la gente que está en la radio y tan poco los de extracción televisiva. Me dio una respuesta muy precisa. “La gente que trabaja en una oficina, en una administración, en un oficio, en un taller, no puede ver la televisión y entonces escucha la radio todo el tiempo. Y esa rutina crea un vínculo muy fuerte”. Es indudable que Peña tenía ese “vínculo fuerte” con sus radioescuchas.

SOBRE EL CAMELLO DE LORD BERNERS
En un desierto británico

El CamelloPor: Juan Terranova. Una mañana, después de una fuerte nevada, el pastor anglicano Aloysius Hussey y su esposa Antonia se despiertan con un camello en la puerta de su casa. Viven en un pueblo muy organizado del interior de Inglaterra, pero nadie reclama al animal que parece haber surgido de la nada. “Asociada por lo general con un fondo de arena tostada por el sol, palmeras y un cielo tórrido, la bestia parecía melancólicamente desamparada en el paisaje invernal inglés” escribe Lord Berners (1883-1950). Su prosa es suave, cristalina y pausada. Sus personajes se mueven dentro del mundo de la razón y una espiritualidad más o menos sincera. Pero El camello es una novela con más de un doblez y la presencia del animal desata una serie de hechos enigmáticos que no resultan tan enigmáticos después de todo.