Libros
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SOBRE RICARDO PIGLIA |
El último lector del siglo XX (segunda parte) |
Por: Juan Terranova. 3. Un par de años más tarde, cuando se repatrió, le volví a pedir a Piglia una entrevista esta vez para el suplemento cultural del semanario en el que trabajaba en ese momento. Me la dio. Hablamos de su agenda de lecturas. Me contó que a veces se llevaba un sandwich escondido cuando iba a leer a la biblioteca de la universidad norteamericana donde había estado enseñando. Los de esa época son quizás sus más discretos y precisos libros, Formas breves, Teoría del complot, la versión definitiva de Crítica y ficción y El último lector. En el año 2000, dirigió también, junto a Osvaldo Tcherkaski, la Biblioteca Argentina-Serie Clásicos de Clarín, una importante colección que dejaba entrever, de forma solapada pero firme, la disposición de sus anaqueles mentales. (Como Borges, Piglia también es los libros que editó. A saber, una antología sobre el realismo, cuentos norteamericanos, novelas policiales, y la citada biblioteca de clásicos que termina con El Eternauta, la historieta nacional y popular argentina por antonomasia.) Cuando la entrevista terminó, le dejé dos de mis libros. Una novela de tesis que intentaba actualizar Respiración Artificial, mientras se dejaba influenciar hasta el ridículo por su relato largo “Nombre Falso”, y un experimento con la cultura digital, “no del todo logrado” se dijo con razón en una reseña. Ambos relatos tenían noctámbulos caminando por la ciudad de Buenos Aires. Piglia me mandó un mail escueto: “Muy originales”. Viniendo de él, Dj de las letras argentinas, el tipo de las mezclas, la frase me sonó condescendiente. Un año después, en el Centro Cultural Ricardo Rojas, durante un concurrido ágape intelectual, saludó con afecto al editor y librero Francisco Garamona y a mí, que estaba al lado, ni me registró. Como la situación me evitaba el incordio de volver a presentarme, no llamé su atención. Montgomery Burns nunca recuerda el nombre de Homero Simpson. Pero el error, pensé en ese momento, es de Homero que vuelve una y otra vez a intentar ser recordado. Ahora tenemos Blanco nocturno. Un novela muy esperada, quizás demasiado |
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SOBRE RICARDO PIGLIA |
El último lector del siglo XX (primera parte) |
Por: Juan Terranova. 1. Me acuerdo como si fuera ayer. Yo estaba sentado en las últimas filas de una clase de gramática y un amigo de esa época –todavía nos vemos, acaba de tener un hijo y trabaja como programador– me pasó un volumen breve editado de forma rudimentaria por la Librería Fausto. “Está muy bien” me dijo, con parquedad. No hizo falta más. El libro era una de las primeras ediciones, quizás la primera, de Crítica y ficción. Nunca se lo devolví, pero yo, a mi vez, también lo presté sin poder recuperarlo. ¿Qué encontrábamos durante los primos años de la década del 90 en Ricardo Piglia? Muchas cosas y sobre todo una idea de síntesis que no estaba en ninguna otra parte. Había un tipo que leía y que le daba a la lectura un valor unívoco. A diferencia de otros autores locales, relativistas y declamadores, no estaba obsesionado histéricamente con el conocimiento, sino que le interesaba una operación desglosada pero puntual. Qué leer era importante, sí, pero también cómo, desde dónde, para qué. Ahí se paraba Piglia. Y sin los sospechosos barroquismos de los filósofos franceses posmodernos, sin el hermetismo de cierta teoría literaria que nos sonaba demasiado farragosa y lejana, Crítica y ficción nos entregaba una mirada sobre la historia de las letras argentinas que era compatible con nuestros deambulares por las librerías de saldo de la calle Corrientes. Encontrábamos que, en sus complejas hipótesis, expuestas con la simplicidad de una conversación, había verdad. Crítica y ficción, entonces, era útil. Y le daba sentido a nuestra deficitaria vida de estudiantes tratando de autoeducarse en el pantano fin de siècle del neoliberalismo vernáculo. Luego, o al mismo tiempo, leímos La Argentina en pedazos, editado por la legendaria editorial La Urraca, de la que también coleccionábamos viejos números de la revista El Péndulo. El ejercicio de síntesis lúcida seguía funcionando pero se le agregaba la historieta, un género del que los profesores de filosofía sabían poco y nada. |
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LIBROS BUENOS Y BARATOS |
Regalos de navidad |
Por: Juan Terranova. 1. La gente tiene dinero. La clase media argentina, psicológicamente estropeada por el final del siglo XX que resiste a desaparecer, puede quejarse muchísimo. Pero en la calle hoy hay colas, hay consumo, hay taxis llenos y ningún taxi vacío, hay inversión en fuegos artificiales, en globos, en cotillón, en esos pinos tan poco telúricos que llenamos de paquetes cuando diciembre nos descarga todo su poder de fuego. |
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SIGNIFICANTE Y SENTIDO |
Feyerabend en espiral |
Por: Juan Terranova. “Spiral Jetty es un proyecto editorial creado por los hermanos Manuel y Ezequiel Alemian con la idea de dar a conocer trabajos de escritura que tengan un fuerte carácter experimental”, así se presenta en su blog spiraljettyed.blogspot.com el proyecto editorial de Spiral Jetty. No se trata de un gesto retro, ni tampoco de resolver las aporías del arte experimental, si no por el contrario retomar con frescura –lejos de la histeria de la novedad– la tradición de las tensiones formales y, en todo caso, ver qué pasa. Finalmente la “vanguardia” nunca existió en estado puro, su vitalidad es parte de un mito y el arte experimental y la poesía concreta siempre respondieron a normativas de género y estilo. El desafío estaría en qué significantes y qué sentido se pueden generar hoy con esas herramientas. |
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SUTILEZAS Y MATICES |
Un amable sincretismo |
Por: Juan Terranova. 1. La novelística argentina reciente nos acostumbró a leer sobre travestidos, adoraciones paganas, villas miserias alucinadas, sodomizaciones varias y personajes antes deformados que deformes. Ruda macho (la biografía del virgencito), primera novela de Enzo Maqueira, desde su ilustración de tapa y su título parece sumarse a este último capítulo del miserabilismo vernáculo. Pero, acercándose con cuidado y respeto a sus personajes, Maqueira construye una narración de claroscuros, sutilezas y matices diferente a la impulsada por el status quo de nuestras intrépidas letras jóvenes. |
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SUEÑO FEDERAL |
Las formas del crítico |
Por: Juan Terranova. Conocemos la arrogancia del crítico como artista, su autosuficiencia, sus afeites. Magnánimo, es el culpable, un poco, de la fama universal del crítico y su parodia. ¿Cuál es la fama del crítico? Me refiero a la distancia de las pasiones y al mismo tiempo la diletancia, lo improductivo. Sin embargo, la crítica bien entendida es todo lo contrario de lo improductivo. Por el contrario, lo que hace, tanto si acierta como si falla, es multiplicar lecturas. Lo único improductivo en la crítica es su ausencia. Más allá de eso, en la medida en que el crítico está en medio del tejido social, aparece siempre condicionado por fuerzas que van más allá de su escritura o sus lecturas. Y no olvidemos que la figura del crítico siempre es la figura de un lector, y los lectores, como las lecturas, son todos diferentes. |
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CIUDAD FREAK |
Apuntes sobre Mar del Plata |
Por: Juan Terranova. El pasado fin de semana, Fernando del Rio, narrador y periodista marplatense, me invitó a presentar su última novela, Que así sea, en el marco de la última Feria del Libro de Mar del Plata. La feria coincidía con la inauguración del famoso Festival Internacional de Cine de la ciudad y con un bastante más under pero no por eso menos interesante encuentro de poesía, organizado por Matías Moscardi. Estos son algunos apuntes que hice durante mis recorridos entre los nerds que acampaban alrededor del Hotel Provincial esperando para acreditarse, la obligada visita al edificio Maral desde el cual Olmedo se lanzó a la inmortalidad y las playas más industriales de la Argentina. |
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PRECIPITACIONES AISLADAS |
Una novela sobre la lluvia |
Por: Juan Terranova. “Yo fui engendrado en Limmermonk. Así lo dicen mis padres cada vez que pueden, como si mi concepción fuese un atractivo turístico más. Quizás por eso, cuando llegaron mis vacaciones de otoño y Vera no escuchaba, o no entendía, o simplemente no venía a apoyar su cabeza en mi estómago, decidí que Limmermonk era un poco mejor que cualquier otro lugar. Entonces, sin haber dormido y antes de que amaneciera, armé un bolso liviano, cerré la llave del gas, apagué las luces y caminé hasta la Estación Central del Sur. Llovía despacio, apenas mojaba.” Así empieza la trama de Precipitaciones aisladas, la segunda novela de Sebastián Martínez Daniell, que viene de ser editada por Entropía. |
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EL CAMINO DE LA OXIDACIÓN |
Una literatura kirchnerista (2) |
Por: Juan Terranova. ¿A quién le habla la columna de Guillermo Saccomanno que abre la última edición del suplemento Radar? Sus ideas naufragan, van y vienen, quieren ser contundentes pero rebotan, indecisas. ¿Hay una “nueva literatura”? ¿No la hay? ¿Lo importante es lo social? Sí, por supuesto, pero ¿qué más? Es muy difícil hacer una columna sin ideas. Se puede, Saccomanno pero ¿recuperar a Puig y Walsh? ¿Niños ricos con tristeza? ¿Cuestiones de conciencia? Al final aparece Kafka para rubricar la intervención con un juego consonántico que incluya a un escritor ultra canónico. |
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RELATOS SENTIMENTALES |
Una literatura kirchnerista |
Por: Juan Terranova. El miércoles lo vi conectado a Federico Falco que está en Madrid y le puse en el chat: “Te cuento que este día se lo vamos a contar nuestros nietos y vos vas a decir “Yo justo estaba en Madrid...". |