LIBROS VIEJOS, MESA DE SALDOS Y OJOS TRISTES
Tres librerías de la Ciudad

Juan TerranovaJuan Terranova recomienda. Al costado de la larga tradición argentina de las librerías de viejo, donde uno podía conseguir libros subrayados y marcados por varios dueños, surgieron en la década del 90 las librerías de saldo donde uno encuentra los libros nuevos a precios accesibles.

Dickens, sobre Corrientes 1375, mano izquierda, a metros de Uruguay, tiene muy buenos libros desde nueve pesos en adelante. Se pueden conseguir ejemplares de Seix-Barral, Emecé, Minotauro, Planeta y Ediciones B. En el blog Las opiniones del Rufián Melancólico cada tanto se hacen relevamientos de las mejores ofertas.

En la tradicional línea de la librería de viejo también se puede visitar Monk –creo que se llama así-, una muy pequeña librería que queda también sobre Corrientes, altura 1400, al lado del café La Giralda. Últimamente tiene buenos precios sobre todo en filosofía y sociología del siglo XX. Siempre que paso voy al cajón de "literatura argentina" que parece el canon literario vencido de la década del ochenta. Los libros rotan de forma azarosa. Hay que estar atento porque cada tanto compra una biblioteca y se pueden conseguir libros inhallables.

Una librería que no recomendaría jamás es la Yenny Caballito de Rivadavia 5054, en el lugar que otrora ocupara el viejo Cine Moreno. Los empleados no saben lo que tienen y lo que no tienen, por lo general, se limita a la lista de novedades de las editoriales más consolidadas. Y a veces ni eso. La atención es pésima, las cajeras tienen ojos tristes y los guardias de seguridad parecen sacados de un neuro-psiquiátrico. Puede servir para comprar un disco de apuro, una edición de bolsillo o algún best-seller. Según Cervantes, ningún libro es lo suficientemente malo para no albergar algo bueno. Con las librerías pasa lo mismo, pero si pueden esquivar Yenny Caballito, mejor.

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