NADA MÁS QUEDA
De aquél amor de música ligera

Soda Stereo en los 80Sosa Stereo 2007Por: Osvaldo Bazán. Algo raro le está ocurriendo a la prensa con el supuesto regreso de Soda Stéreo. La mayoría de quienes somos “la prensa” encargada del asunto no podemos despegarnos de un dato clave: crecimos con la música de Soda. Por edad, por lugares sociales, por miles de factores quienes hoy estamos en el periodismo de espectáculos y más claramente, los periodistas musicales y en especial los ligados al mundo del pop y el rock ven en Soda una “banda amiga”.

Y todos más o menos tenemos una idea bastante parecida sobre este “regreso”. Nos entusiasma aquél Soda Stéreo, no pensamos que éste  Soda Stéreo 2007 de ringtones de celulares y contenidos digitales tenga algo nuevo para aportarnos, después de todo lo que nos dio que no fue poco. El lugar en el corazón está ganado, es para siempre y no se cuestiona.

Lo que nos ocurre ahora es que no vemos al trío entusiasmado en la vuelta y entendemos claramente que la oferta económica es fuertísima y no hay nada que se le oponga. Ok. Quieren hacer un buen negocio con su propia música ¿por qué no hacerlo?

Soda siempre fue un gesto del futuro, ahí, en sus discos y recitales se percibió siempre el radar de lo que vendría. Ese fue el gesto Soda en toda su carrera. Eso es lo que no habrá en este regreso. Ver a Soda será está vez una concesión a un pasado melancólico, casi juntarse para ver un álbum de fotos, ahora que ya nadie se junta a ver álbumes de fotos porque se comparten on line.

¿Hay algo de malo en eso? En principio no y está claro que Soda es dueño de su historia y puede revisitarla cuando quiera y si le pagan mejor.

Ahora bien, el público no quiere escuchar esto. El público, que compra celulares que nosotros les vendemos, no quiere escuchar esto. Quiere abrir su billetera y pagar lo que sea para meterse en la burbuja en el tiempo como brillantemente Soda autodefinió esta jugada.

El tema es que con la presión de los anunciantes que empujaron al regreso por un lado y de los fanáticos que no quieren una mínima mirada diferente al panegírico por otro, la prensa no puede ni reflexionar sobre el asunto.

La semana pasada nos invitaron a la conferencia de prensa del regreso. Serán 19 recitales hasta ahora, desde Los Ángeles hasta Buenos Aires pero sólo darán una conferencia de prensa a lo largo de todo el tour (obligados por contrato, según se encargó de remarcar Cerati, quien dijo “ya sé que es aburrido esto pero está en el contrato y hay que cumplirlo” –sic- desde el escenario). Es bastante claro que no tienen ganas de hablar del asunto y con las entradas vendidas ¿para qué gastarse en conferencias de prensa? Se entiende, las reglas del negocio son clarísimas. Además de ese encuentro hablaron con Telenoche (el 13 difundirá el recital) y la Rolling Stone.

Ahora bien, en la “única conferencia de prensa” los periodistas fuimos minoría. Cientos de invitados pulularon por el lugar e hicieron imposible el trabajo de los periodistas (recuerden, una conferencia de prensa es un lugar en el que los periodistas ¡trabajan!).  La banda tocó dos temas que ninguna cámara –excepto la propia- pudo tomar. Es más, todos los medios que recibieron las imágenes tuvieron que firmar un papel en donde se comprometían a no “intervenir” esas imágenes de ninguna manera y a reconocer que los dos temas grabados pertenecían a la empresa productora del show.  La conferencia de prensa a la que se invitó a medios de toda latinoamérica transcurrió entonces entre aplausos y elogios. Cuando el periodista Gaspar Zimmerman de Clarín osó preguntar lo que todos sabemos que todos sabemos: “Si Zeta acaba de decir que es claro que el rock es una cuestión de negocios, ¿por qué tanto prurito en aceptar que el dinero es la razón por la cual regresan?” tuvo que aguantar silbidos y gritos de ¡andate! de parte de los asistentes. ¡Un periodista es silbado en una conferencia de prensa porque preguntó algo medianamente urticante en medio de cuatrocientas flores!

Soda Stéreo no quiere volver, todo el tiempo están anunciando que en diciembre cuando termine la gira todo vuelve a lo que fue. Con la diferencia del dinero embolsado, lo cual –a ver si se entiende- no está mal ni es criticable ni le molesta a nadie.

Pero si van a hacer una conferencia de prensa, inviten a los periodistas y contesten.

Si van a hacer un encuentro de marketing pautado en el contrato, avisen, inviten a quien quieran y después no se quejen porque había más termitas comiendo sanguchitos en el fondo que personas escuchando lo que se decía.

De aquél amor de música ligera nada más queda.

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